Después de poco más de 200 años de institucionalidad mexicana asume la primera mujer en la historia como presidenta del país de Emiliano Zapata y Pancho Villa. Claudia Sheinbaum Pardo, tiene 61 años y es Licenciada en Física. Una larga carrera como académica e investigadora inunda su currículum, y una persistente militancia social y política desde su juventud, hablan de su compromiso para con las personas más vulnerables. Influenciada por la participación activa de sus padres en el Partido Comunista Mexicano, Claudia abrazó la política para construir una sociedad más justa desde temprana edad. Acompañada de su primer esposo, Carlos Imaz Gispert, miembro fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), militó más activamente en una estructura partidaria. En el año 2000, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quien por entonces asumía la Jefatura de Gobierno del gigantesco Distrito Federal (Ciudad de México), sumó a Claudia a su Gabinete como Secretaria de Medio Ambiente.
Ante las alianzas con sectores de derecha del PRD, López Obrador comenzó a recorrer el país haciendo una convocatoria abierta, pero con claros objetivos de superar a las políticas neoliberales implementadas por diferentes gobiernos y desde hacía mucho tiempo. Así surgió MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional), el Partido político que fue construido primero como una asociación civil donde confluían distintos sectores políticos, sociales y gremiales. En el año 2011 se constituyó en una herramienta electoral y llevó a López Obrador como candidato a Presidente. En esa oportunidad, tras un fraude, le arrebataron la presidencia. Finalmente, en una segunda oportunidad y después de una actividad política intensa, se alzó con el triunfo electoral. Para ese momento, Claudia Sheinbaum ya era Jefa de Gobierno del Distrito Federal. Su capacidad de trabajo, su compromiso y la confianza generada en su líder político, y principalmente en las y los ciudadanos, la llevó a ser electa en el 2015, marcando allí también la distinción como primera mujer a ocupar el cargo más alto de la capital mexicana.
El pasado primero de octubre Sheinbaum recibió la banda presidencial de parte de su viejo compañero y amigo López Obrador y el Bastón de Mando le fue entregado por 79 Pueblos Originarios que habitan en México. Este acto cargado de simbolismo marca el compromiso con la gente de la tierra y puso en su lugar al Rey Felipe VI de España, quien no fue invitado a su asunción por no pedir disculpas por las atrocidades hechas en América por la corona española.
Si bien Claudia Sheinbaum no recibe un país con una economía plenamente desarrollada, sí se hará cargo de un México que tiene 9 millones de personas menos bajo la línea de la pobreza que hace 6 años. López Obrador se fue de la presidencia con más de un 75% de imagen política y aceptación por su gestión por parte de sus compatriotas. Todas las mañanas muy temprano, de lunes a viernes, el ex mandatario realizaba una conferencia de prensa por más de dos y hasta tres horas, donde explicaba detalladamente las medidas que su gobierno iba tomando, pero principalmente evitó que las mentiras de los medios hegemónicos se propalaran. Esta metodología de comunicación oficial tan eficaz, la llevará a cabo también su sucesora, aunque no todos los días.
Uno de los primeros anuncios de la flamante presidenta fue que se pone como meta ir aumentando el Salario Básico gradualmente hasta su fin de mandato, alcanzando 2,5 veces la canasta básica. Hoy representa 1,6 veces la Canasta Básica mexicana, que llevado a la realidad de nuestro país estaríamos hablando de un Salario Básico de un millón y medio de pesos, a diferencia de los $271.571, que representa 0.3 veces la Canasta Básica.
En su discurso de asunción, Sheinbaum se comprometió en llevar a cabo 24 puntos, entre ellos: “No aumentar los precios de combustibles en términos reales y confirmar un acuerdo para no incrementar la canasta básica; continuar con la reforma al Poder Judicial; mantener la autonomía de Banco de México, una política fiscal responsable y una proporción razonable entre deuda pública y PIB; mantener todos los programas del Bienestar y se incrementarán acorde a la inflación; otorgar becas a todos los estudiantes de preescolar a bachillerato; lograr la autosuficiencia energética; recuperar los trenes de pasajeros, incluyendo ampliación del Tren Maya y creación de más trenes de pasajeros; fomentar el acceso a la salud; avanzar a la soberanía y autosuficiencia alimentaria; construirá un millón de viviendas, entre otras.
En su discurso reivindicó fuertemente a las mujeres mexicanas y planteó un decálogo para el nuevo gobierno de política humanista. Algunos puntos destacados fueron: Prosperidad compartida; Gobernantes sin lujos; Combate a la corrupción; Democracia del pueblo; Libertad como esencia de la democracia; Cuidado del medio ambiente; Derecho a la igualdad sustantiva de las mujeres; Soberanía e independencia de México; La política se hace con amor, no con odio; Condena al clasismo y la discriminación. Para cerrar, hizo referencia a fortalecer el Tratado de libre comercio con EEUU y Canadá; y profundizar la cooperación y relaciones con Latinoamérica.
México profundiza un proyecto político que se nutre de su historia de Pueblo libre y Nación soberana. ¡Viva México, cabrón!