Por estos días, varios anuncios resonantes relacionados al desarrollo de la matriz energética en la provincia de Río Negro coparon al agenda informativa. Los Desde el abandono de la planta de GNL que se iba a instalar en Punta Colorada y que el año pasado desató una feroz disputa entre el gobernador Alberto Weretilneck y su par bonaerense, Axel Kicillof, hasta la confirmación de la llegada de dos buques de licuefacción que permitirán que Argentina exporte gas en 2027.
Desde Intempestiva nos preguntamos: ¿Qué impacto tienen estos proyectos en materia social, ambiental y económica en la provincia? Responde Fabricio Di Giácomo, integrante de la Multisectorial Golfo San Matías:
–YPF abandonó la planta de GNL que tenía previsto instalar en Punta Colorada, Río Negro. ¿Cómo interpretan esta noticia desde la Multisectorial?
–Nosotros desde el primer momento que surgió todo el revuelo y la disputa política entre Weretilneck y Kicillof entendimos, claramente, que era todo una bomba de humo, que no había nada real detrás de eso. Había algunos proyectos de inversión pero no estaban consolidados y todo tenía más que ver con una disputa política entre provincias, entre gobernadores. Ahora, cuando finalmente se informa que la planta no va porque es inviable económicamente, de alguna manera, se confirma lo que ya sabíamos. Igual siempre está la duda y el temor de que alguien tenga el impulso de hacerlo y eso se pueda concretar.
–Días después de ese anuncio, el Gobierno de Río Negro confirmó la llegada del segundo buque de licuefacción de gas al Golfo San Matías, en el marco de un proyecto liderado por el consorcio Southern Energy que promete que Río Negro podrá exportar gas a partir de 2027. ¿Qué impacto (social, ambiental y económico) creen que puede tener esto? ¿Cuáles son los riesgos ambientales?
–El gobierno de Río Negro, más que confirmar, anuncia muchas cosas. No hay ningún buque de GNL en Río Negro, todavía. Me parece importante destacar las expresiones que usa el Gobierno, porque leí un artículo que decía que se confirma la llegada, cuando en realidad está siendo construido en China, en este momento, el segundo buque que llegaría con este proyecto, para el cual no hay ningún estudio de impacto ambiental, ni audiencia programada. La audiencia que ya se hizo tiene que ver con un solo buque y, obviamente, si se habla de dos, el impacto es mayor y los estudios deberían ser diferentes. Como sabemos, las audiencias públicas son un fraude administrativo que lleva adelante el Estado para aparentar que está haciendo la audiencia, pero no funciona como tal. También YPF anunció otro proyecto con dos buques más, con el gas proveniente de la cuenca neuquina, cosa que implicaría la construcción de un oleoducto. Para todos estos proyectos aún no tienen la confirmación económica de quiénes van a ser las empresas o los bancos que invertirán el dinero y quiénes van a ser las aseguradoras que los van a respaldar.
Como cualquier proyecto extractivista, lo que busca es extraer bienes comunes, en este caso también exportarlos, y el impacto ambiental es fuertísimo. El proceso utiliza muchísima cantidad de agua para enfriar, con lo cual la devuelven al mar con mayor temperatura, cosa que es gravísimo para el ecosistema. Además, necesitan agua dulce, por lo que hacen un proceso de desalinización y todos esos químicos también son vertidos al mar. Los buques que van a estar instalados a 7 kilómetros de la costa, con un tamaño de aproximadamente 3 canchas de fútbol, y los otros que van a venir a cargar ese gas tienen un tamaño muy similar. Además, emiten gases tóxicos y es una de las razones por las cuales, probablemente, el mercado europeo no pueda comprar el gas. Nosotros estuvimos en varias charlas organizadas por Pan American Energy en las que no pudieron ni siquiera dibujar una cifra de cuántos puestos de trabajo directos iban a dar. El barco viene de afuera con gente especializada, formada afuera, no necesitan gente local. Tampoco va a haber un puerto local que genere puestos de trabajo. Siempre hablan de trabajo indirecto, porque van a necesitar comida para alimentar a estas personas. Por experiencia, sabemos que en general acomodan paquetes con empresas más grandes y no compran a proveedores locales, entonces no genera un impacto económico local.
–Mientras se lanzan estos anuncios, avanza la construcción del Oleoducto Vaca Muerta Sur, para aumentar la capacidad de trasladar petróleo. Todas estas obras y anuncios, ¿cambiaron la matriz productiva de la provincia?
–La matriz productiva de Río Negro históricamente tuvo que ver con la fruticultura, la ganadería, ala pesca, el turismo. Desde Las Grutas podemos decir con mucha certeza que desde 1999, en que la ley 3308 fue votada por unanimidad en la Legislatura, hasta el año que fue modificada, el crecimiento de Las Grutas en materia de turismo fue impresionante y lo sigue siendo todavía, gracias a que hubo una ley que protege el golfo de cualquier tipo de contaminación por hidrocarburos. No es que Río Negro esté eligiendo cambiar su matriz productiva sino que se están imponiendo proyectos extractivistas que pueden llegar a acabar con lo que conocemos como nuestra vida como comunidades costeras. Lo mismo pasó en Allen, la famosa capital de la pera, que ahora es un cementerio con árboles secos y torres de fracking. Llegaron con los mismos discursos que están llegando ahora al Golfo, dijeron las mismas mentiras, y después cuando contaminaron todo no había nadie para responder, nadie se hace responsable y el Estado es cómplice.
Con respecto al oleoducto, hay un tema muy importante porque vienen postergando permanentemente la fecha. El primer tramo que dicen que se construyó, es hasta Allen, que es una estación de bombeo que va también a Bahía Blanca. Hasta ahora no ha pasado el punto de no retorno del avance del oleoducto. Cuando pase por Chelforó ya sería que se está construyendo directamente para el Golfo. Pero hay un problema muy grande que tiene que ver con la coyuntura mundial, con los precios del petróleo y del gas, y con las inversiones que se requieren para este tipo de megaproyectos, al igual que con los buques de GNL: no son rentables. Por más que el Estado argentino sea entreguista y que el Estado provincial también, y digan que van a apoyar a las empresas para que tengan todo lo necesario para que puedan instalarse, sigue siendo algo poco rentable, con un nivel de proyección a futuro del petróleo muy corto y de gas un poco más largo, pero con una crisis climatológica mundial muy fuerte que seguramente va a llevar a que la mayoría de los países tiendan a pensar en una transición energética.