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INTERÉS GENERAL

Suicidio adolescente en Neuquén, entre el tabú y el ajuste

El suicidio adolescente ocurre más de lo que se cuenta, más de lo que se lee en los medios, más de lo que registran las estadísticas. Es una de las principales causas de muerte en personas de entre 15 a 29 años. En Neuquén no hay registros oficiales y las políticas en salud pública están diezmadas por la falta de psiquiatras. Profesionales aseguran que la complejidad del tema requiere un abordaje integral que incluya al Estado con políticas públicas activas y concretas, que a la vez brinden herramientas a las familias.

El suicidio es la cuarta causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años, según la Organización Mundial de la Salud. Un informe de Unicef lo ubica en el segundo lugar en personas de 15 a 19 años.

En Neuquén no tenemos estadísticas puntuales. Lo que sí podemos observar es que desde la pandemia se incrementó muchísimo el consumo problemático de sustancias, también el aislamiento, retraimiento en las infancias y adolescencias. También aumentó el número de internaciones involuntarias, que es cuando las adolescencias necesitan un abordaje con alguna internación”, explicó la defensora de Niñez y Adolescencia de la III Circunscripción, Paula Castro Liptak, al brindar un panorama de la situación en la provincia.

El trabajo desde la Defensoría se enfoca en generar acciones de prevención, exigir el cumplimiento de políticas públicas acorde a la normativa vigente y también -cuando ocurren hechos de suicidio- en acompañar a su entorno. “Trabajamos muchas veces por la repercusión que tiene con los pares, y también con salud pública para promover otras acciones y estrategias de prevención y promoción de derechos. Es una cuestión de salud pública, en la que influyen un montón de factores que tienen que ver con el contexto particularmente familiar y social”, agregó Castro Liptak, en diálogo con Intempestiva.

La Ley Nacional de Prevención al Suicidio y la Ley Nacional de Salud Mental -a las que la provincia ha adherido- establecen distintas obligaciones del Estado para abordar de manera integral esta problemática. La Ley 27.130 declara de interés nacional “la atención biopsicosocial, la investigación científica y epidemiológica, la capacitación profesional en la detección y atención de las personas en riesgo de suicidio y la asistencia a las familias de víctimas del suicidio”.

Las situaciones de alarma como desinterés o aislamiento, suelen advertirse en las escuelas y es desde donde se informa a la autoridad de aplicación, a Salud y a la Defensoría. “Realizamos acciones de coordinación y también de exigibilidad de cumplimiento de políticas públicas, como puede ser un espacio de atención a la salud”, indicó la defensora.

“Las consultorías de adolescentes, que se desarrollan dentro de los establecimientos escolares a nivel medio y reciben de una manera más cercana toda esta problemática, están dando muy buenos resultados. Tratamos de coordinar para fortalecer el contexto familiar de acompañamiento porque, generalmente, en estos casos nos encontramos con mucha soledad de las infancias y adolescencias, donde las familias están atravesadas por diferentes factores, como pueden ser de consumo u otras problemáticas que hacen que ese adolescente no tenga el acompañamiento, el diálogo que está necesitando”, detalló.

Éxodo de profesionales

Abordar el suicidio adolescente y la salud mental de este rango etario se complejiza con la falta de profesionales en el sistema de salud público. Desde Siprosapune hace un mes vienen denunciando que están cerradas las admisiones para personas adultas en Salud Mental de los hospitales Castro Rendón y Heller, y que las guardias de esta especialidad no se cubren o si lo hacen es a costa del recargo del recurso humano.

“La situación actual de la salud pública de Neuquén en general y de la Salud Mental en particular es crítica, y de no haber una decisión política que esté dispuesta a realizar cambios de fondo al sistema, éste terminará por implosionar”, aseguraron a Intempestiva Sebastián Soria, psiquiatra e instructor docente de la Residencia de Psiquiatría del Hospital Heller y Suyai Arias Jordan, médica psiquiatra del Dispositivo Comunidad y de Consultorios Externos del Hospital Castro Rendón.

Agregaron que la demanda de atención en salud mental viene en aumento y recordaron que ya en el año 2009 la OMS preveía que para el 2030 la depresión será la enfermedad que más afecte a los seres humanos, superando al cáncer y enfermedades cardiovasculares. A eso se suma el incremento del consumo de sustancias psicoactivas en edades cada vez más tempranas, en consonancia con lo que apuntaba la defensora Castro Liptak.

“Antes nos impresionaba cuando por la guardia recibíamos a jóvenes que comenzaban a consumir entre los 9 y 10 años. Hoy recibimos interconsultas para abordar síndromes de abstinencia en recién nacidos porque estuvieron expuestos a sustancias durante los 9 meses de gestación”, destacaron con preocupación Soria y Arias Jordan.

Este panorama se vuelve más crítico con el éxodo de profesionales psiquiatras del sistema público. “Hace más de dos años que estoy en el Servicio de Salud Mental del Hospital Heller y soy testigo de cómo vamos quedando cada vez menos. Éramos nueve y ahora quedamos cinco con una demanda que crece día a día. Deberíamos ser al menos diez”, puntualizó Soria.

La situación se replica en el Castro Rendón, el hospital de mayor complejidad de la provincia: los profesionales aseguraron que en los últimos meses han renunciado 4 psiquiatras y esos cargos no se han podido cubrir aún, quedando pacientes sin seguimiento profesional. El principal motivo de las renuncias es económico: los sueldos son bajos en comparación con el ámbito privado. “La renuncia de colegas nos genera mayor sobrecarga profesional a los pocos que quedamos en el Hospital, incrementando la posibilidad de padecer un Síndrome Burn Out”, afirmaron.

Este estado crítico ha sido denunciado ante las autoridades pertinentes llegando al ministro de Salud, Martín Regueiro, pero no han recibido respuesta alguna. 

¿Qué hacer?

La provincia cuenta con dispositivos de Salud Mental, atención ambulatoria, internaciones en casos de urgencia, pero siempre estos espacios han sido los más afectados cuando se dan recortes a nivel de recurso humano o económico. Muchos sectores no disponen de espacios físicos para funcionar, tienen que trasladarse desde inmuebles alquilados a otros, perjudicando la pertenencia de los y las usuarias.

Soria y Arias Jordan indicaron que el suicidio sigue siendo un tema tabú y que muestra de ello es, por ejemplo, la falta de estadísticas confiables a nivel provincial. Además, señalaron que no existe en la provincia un equipo específico para el abordaje de posvención, es decir intervenciones de cuidado y apoyo a las personas, familia o instituciones vinculadas a la persona que se suicidó. “Hay escasos dispositivos de contención sociocomunitaria, dispositivos habitacionales para usuarios en situación de calle. Por ejemplo, en la sala de internación de HPN hay un usuario viviendo en la sala de internación hace 7 años y otros 2 usuarixs viven allí hace un año, debido a la escasez de dispositivos de externación acordes a los pacientes”, describieron.

En tanto, remarcaron que “desde salud Pública se hace una buena atención en la Urgencia ante situaciones de intentos de suicidio o intentos autolíticos, pero es insuficiente lo que se hace a nivel de prevención del suicidio”.

Foto: La Revuelta

Uno de los dispositivos que funciona desde el Servicio de Adicciones del Castro Rendón es la Casa de Mujeres “Las Resilientes”, un espacio al que asisten mujeres con consumos problemáticos en la ciudad de Neuquén. Paola Gómez, médica y referente del lugar, relató a Intempestiva que “abordamos la problemática del suicidio de diversos lugares. Nosotras estamos en contacto con mujeres que desde edades muy tempranas tienen situaciones traumáticas, siendo como el núcleo general el abuso sexual infantil. Esto marca la psiquis para toda la vida, y se puede ir expresando a lo largo de la vida de esta mujer con consumo problemático, con vínculos violentos, riesgosos, con lesiones en el cuerpo, que también es muy frecuente esto de la autolesión, el cutting. Muchas tienen lesiones físicas en antebrazos y piernas, quizás no con una intención de riesgo vital o de quitarse la vida, pero en el fondo hay un sufrimiento muy profundo”.

En ese sentido, explicó que comenzaron a trabajar con la Secretaría de Juventudes y Deportes, con profesionales de la recientemente formada área de Prevención del Suicidio. “Hay un equipo de una psicóloga y una psicóloga social, que están viniendo a la Casa con la intención de abordar la problemática desde la integralidad, no puntualmente hablar desde el deseo suicida, sino desde el proyecto vital, desde la gestión de las emociones, desde el ser mujer y ser criadora de otra persona”, afirmó Gómez.

“Las Resilientes” es un lugar que funciona solamente de día y asisten mujeres que tienen distintos consumos problemáticos con el objetivo de revincularse con sus hijos e hijas. Allí se brinda atención psicológica y buscan generar vínculos de contención, escucha y empatía a través de talleres y de actividades cotidianas pero que se hacen colectivas como cocinar, ordenar y mantener limpia la casa, entre otras. “Hacemos todo un abordaje integral de salud mental, en la casa se habla del suicidio o del deseo de no hacer, del desgano, es algo que circula con mucha naturalidad y que abordamos amorosamente”, remarcó Gómez.

Desde su rol como profesional de la salud analizó la función de los y las médicas en este tema: “Que vos vayas y una persona te vea el ojo y la otra persona te mida, la otra te vea el corazón y nadie te pregunte cómo te sentís, hace que el trato médico sea insuficiente. A mí me parece es que todas las personas que somos médicas y elegimos la tarea de llevar la tarea médica en salud pública, tenemos la formación y la capacidad de hacer un sondeo general de la salud integral de esa persona. Después la derivarás o harás algo más puntual, pero la realidad es que el consumo problemático y los padecimientos de salud mental son hiper comunes a todas las personas ¿quién no sufre de ansiedad en esta actualidad?”.


En la provincia de Neuquén existe una línea telefónica de Salud Mental:

299-5358191

Funciona las 24 horas, los 365 días del año.

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