Hoy murió Lolín. Los medios locales dijeron: “Murió la última Madre de Plaza de Mayo Filial Neuquén y Alto Valle”. Su partida regó de zozobra a una comunidad que lleva la lucha por los derechos humanos arraigada a su identidad. Parte de la neuquinidad bien entendida.
Dolores Noemí López Candán de Rigoni, Lolín, fundó la filial regional de Madres junto a Inés Rigo de Ragni, el 30 de abril de 1977. Ambas tenían un hijo víctima de la dictadura, asesinado o desaparecido. Eran referentes en la Región de un consenso democrático construido post terrorismo de Estado, que pedía justicia y no venganza. Consenso que, permanentemente, horada el gobierno libertario de Javier Milei, una suerte de totalitarismo por otros medios.
Inés murió en septiembre de 2024, pocos meses después de la partida de su compañero, Oscar Ragni. La foto que ilustra esta nota es del acto en Neuquén, el 24 de Marzo de 2024. Un año antes, había muerto también Noemí Labrune, fundadora de la Asamblea por los Derechos Humanos de Neuquén, entre tantas otras cosas. La cortina musical de este texto podría ser La flor azul.
Cuando partieron, todos tenían más de 90 años. Luchar, desde muchos puntos de vista, alarga la vida, entendiendo esto como vivir muchos años pero también como trascender la propia vida. Alargarse, borrar los propios márgenes, ser con los otros.

Lolín, Inés, Oscar, Noemí, las cuatro puntas de la Cruz del Sur. O dónde mirar cuando se pierde el rumbo. Se los encontraba, no sólo en los juicios por los desaparecidos, sino en las marchas al lado de los trabajadores, de los mapuche, de los docentes, de las mujeres, en cada lucha popular que denunciara alguna injusticia de las que tienen lugar en la región.
Se fue Lolín, el nexo con un pasado que muchos no vivimos pero aprehendimos a través de sus relatos, de las personas como ella que se dedicaron a construir una memoria colectiva, social, viva. Se fue Lolín que era también presente, y su ausencia deja un agujero como cuando muere un padre: lleva toda la vida hacerle un borde. Se fue Lolín, la última estrella de la cruz del sur. Se fue Lolín y nos deja una pregunta: ¿cómo continuamos su legado con las injusticias de nuestro tiempo? Se fue Lolín, quedamos nosotros.