En nuestro país más de 25 millones de personas son pobres y más de 9 millones son indigentes, estos datos muestran que sólo 11 millones de mujeres, hombres y niñes tienen todas sus necesidades satisfechas.
Estas cifras surgen de los datos que dio a conocer el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina en base a los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicados por el Indec, y se refieren a los primeros tres meses del corriente año.
De allí surge que la pobreza llegó al 54,9% y la indigencia al 20,3% de la población solo en el primer trimestre de 2024, y teniendo en cuenta los datos de los últimos tres meses de 2023, la pobreza se incrementó 10,1% y la indigencia 6,5% de acuerdo al informe de la ODSA.
Los números demuestran la virulencia de un plan económico que bajo la premisa del déficit cero, a todas luces sucumbe en la pobreza y la indigencia a millones de personas.
Nada que no se haya vivido con anterioridad en nuestro país. La convertibilidad, ese espejismo que pregonaba “1 dólar igual a 1 peso” dejó en diciembre de 2001 el 40% de pobreza. Pero pasada la crisis y luego de la sucesión de tres presidentes en una semana, la pobreza llegó al 66%, de acuerdo a datos del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. (CEDLAS).
La brutal devaluación del 54% de nuestra moneda apenas asumido Javier Milei en la presidencia, sumado al abrupto corte de toda la obra pública; los despidos de trabajadores en el ámbito del estado nacional; el incremento de las tarifas de luz, gas, agua, telefonía, prepagas y combustibles logró la combinación perfecta para que la elevada inflación hiciera el resto.
La pérdida de ingresos en los trabajadores asalariados en los primeros tres meses del año fue devastadora. El informe del ODSA señala que entre el primer trimestre de 2023 y el 1° trimestre de 2024, la remuneración salarial media pasó de $ 451.888 a $ 361.445, lo que representó una caída efectiva del 20%.
“Si bien se evidencia una caída del poder de compra de los hogares y la población durante el período considerado en toda la estructura social, es en los sectores más desfavorecidos en los cuales esta pérdida fue de mayor intensidad. Esto da lugar a un mayor empobrecimiento absoluto de la población, simultáneo a un incremento de la desigualdad económica. Ambos procesos (efecto empobrecimiento y efecto desigualdad) habrían provocado un aumento significativo en las tasas de indigencia y pobreza en el primer trimestre de 2024” señala el informe.
Pobres e indigentes en todo el país
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina refleja también la pobreza y la indigencia en 32 aglomerados urbanos, siendo el denominado “Gran Resistencia” -en la provincia del Chaco- quien encabeza la triste estadística. Allí la pobreza llega al 79,5% y la indigencia al 38,6%. De cerca le sigue Formosa con un 72,1% de pobreza y La Rioja con 68%.
La indigencia hace estragos en el aglomerado Santiago del Estero/La Banda con el 29,9% al igual que en Concordia (Entre Ríos) con un 25,7%. Pero tampoco se escapa tanto el estado mas rico de Argentina. En efecto la Ciudad de Buenos Aires tiene un 25,4% de pobreza y un 8,5% de indigencia.
En cuanto a las provincias patagónicas, las cifras de pobreza las encabeza el aglomerado Viedma/Carmen de Patagones (57,1%) y le siguen Rawson/Trelew (56,5%), Rio Gallegos (53,8%), Comodoro Rivadavia/Rada Tilly (50,5%), Ushuaia/Río Grande (47,6%).
La pobreza en Neuquén trepó en el primer trimestre del año al 36,6% y la indigencia llegó al 14%. Sólo si tomamos las cifras que arrojó el Censo 2022, nuestra provincia tiene 102.000 personas en la indigencia. Si bien la cifra podrá tomar por sorpresa a varios, no es el caso de las organizaciones sociales.
En mayo de este año, desde Barrios de Pie/Libres del Sur señalaron a Intempestiva que se había duplicado la cantidad de raciones semanales que entrega, preparando más de tres mil viandas diarias, y desde la Corriente Clasista y Combativa (CCC) aseguraron había alrededor de un 30 por ciento más de gente en los comedores.
Todo número duro tiene detrás de sí a miles de personas. Asalariados formales, monotributistas, desocupados, jubilados y pensionados. Pero son las infancias el sector no sólo mas vulnerable, sino también el más golpeado.
Existen 7 niños de cada 10 que viven en un hogar pobre, y 3 de cada 10 viven en un hogar donde la indigencia hace estragos, son quienes hay días en que quizás tengan una sola comida diaria, y en el mejor de los casos dos, siempre y cuando la solidaridad de organizaciones se lo permitan, porque poco y nada pueden esperar de un gobierno que sigue apelando en el ámbito judicial la decisión de no repartir alimentos a los más necesitados.
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