“Recién el viernes recibimos una transferencia más del dinero que se había prometido a través de un acta firmada por el subsecretario de Políticas Universitarias con el presidente y vice del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que las universidades íbamos a recibir el 270% de incremento para funcionamiento al igual que había recibido la UBA”, explicó la rectora de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), Beatriz Gentile. “En junio recibimos sólo un 70% más, esperábamos otro desembolso a principios de julio y recién el viernes pasado recibimos la diferencia que completa el 270%. Todo esto hay que pensarlo con un atraso de 6 meses, no sólo porque la UBA lo recibe en marzo, sino porque también en esa acta la Subsecretaría de Políticas Universitarias se comprometía a compensar retroactivamente las cuotas desde enero”, agregó.
La buena noticia duró poco: “Pensábamos que este aumento -que iba a llegar en junio- iba a detener la caída. No fue así porque el incremento lo destinamos a pagar facturas de luz y gas. La situación sigue siendo muy compleja”. Por ejemplo, la última factura de gas fue de 23 millones de pesos. Para ahorrar en iluminación y climatización se resolvió extender una semana más el receso invernal, que será entre el 8 y el 26 de julio inclusive. Esta medida se suma a las ya implementadas para afrontar la falta de fondos: ajuste en los turnos de limpieza, pedidos de exenciones impositivas, suspensión de nuevas convocatorias a becas de investigación y extensión, no actualización de las becas estudiantiles, entre otras.
Reinan la falta de previsibilidad e incertidumbre, porque tampoco está claro si ese mismo porcentaje de recomposición se depositará en agosto. “Es muy difícil poder planificar y tratar de construir desde lo académico y administrativo de la universidad con una escasez de fondos y con la imprecisión de cuándo y cómo llegarán esos fondos”, remarcó Gentile. En este sentido, aseguró que “hemos ido tomando medidas paliativas, pero el costo académico es muy alto cuando se tiene esta dificultad enorme para funcionar”.
El presupuesto universitario está compuesto por un 95% que se destina a salarios y un 5% a gastos de funcionamiento, aproximadamente. El gobierno de Javier Milei decidió no aprobar un nuevo presupuesto para este 2024 y que las universidades subsistan con el presupuesto del 2023. Esto, con una inflación anual de tres dígitos y con una fuerte suba de las tarifas de los servicios públicos entre abril y mayo.
Otra de las negativas del Ejecutivo nacional es convocar a paritarias para actualizar los salarios docentes y no docentes. “Hay una convicción de no convocar a paritarias, el mecanismo de negociación colectiva no entra en el radar libertario”, alertó Francisco Camino Vela, decano de la Facultad de Humanidades, quien también afirmó que el inicio de actividades luego del receso es un problema: “El segundo cuatrimestre ya está comprometido. Las Federaciones no docentes ya dieron una señal clara de no inicio de cuatrimestre”.
También lo confirmó Gentile: “Si los docentes y no docentes no tienen recomposición salarial no se puede garantizar el segundo cuatrimestre”. De hecho, en la última reunión del CIN se emitió un comunicado en el que se alertó sobre este problema y se reclamó la “urgente recomposición salarial para las y los trabajadores docentes y no docentes del sistema público nacional, la reactivación de los programas y de los dispositivos de asistencia estudiantil y la actualización del monto asignado para becas”.
Camino Vela puntualizó cómo el desfinanciamiento afecta directamente a la calidad y a la producción académica: “En Humanidades tomamos medidas claras como, por ejemplo, reajustar las salidas de campo, recortar destinos y duraciones. Hay también una degradación en cuanto a que la Universidad deja de ser una opción salarial viable para los cargos de entrada. Somos una institución nacional en una provincia con recursos, entonces muchos profesionales ven más rentable entrar al sistema secundario o terciario. La Universidad deja de ser una opción salarial competitiva y esto se va a notar en un futuro. Se va perdiendo calidad académica, que es lo que nos distingue a través de la investigación o extensión”.
Estrategias con los estudiantes adentro de las aulas
El ataque de la ultraderecha en el Gobierno se materializa no solamente en construcciones ideológicas sobre la educación pública, los y las trabajadoras y el conocimiento científico, sino sobre todo en políticas de desfinanciamiento graves y concretas. “Transferir las partidas el viernes, unos días antes que el Gobierno espera firmar el Pacto de Mayo, son sólo una estrategia de la política gubernamental que no demuestra un interés por la educación en general y en particular por la educación superior. Somos parte de un juego en el cual tenemos que estar esperando el humor con el cual el Ministerio de Economía va a transferir el dinero”, cuestionó Gentile.
Por su parte, Camino Vela opinó que “si la discriminación hacia el sistema público universitario es una marca de este Gobierno, hacia las Humanidades es el doble, porque ejercemos la capacidad crítica, la discusión de ideas, de controversias de análisis de los procesos históricos y filosóficos y es lo que el Gobierno no quiere”.
Sobre cómo continuar, el decano recordó la masiva movilización del 23 de abril: “Lo único que nos puede salvar es el apoyo social. Tenemos que buscar nuevas estrategias con les estudiantes adentro. Sostener la pelea por los gastos de funcionamiento, por las becas estudiantiles y por salarios dignos para docentes y no docentes, con medidas de fuerza que no expulsen a estudiantes y no les corten su trayecto educativo”.
Gentile evaluó el futuro inmediato en el mismo sentido: “Tenemos que pensar nuevas estrategias y para ello la próxima sesión del CIN (29 y 30 de agosto) será crucial. La tarea académica, científica de la Universidad no es estar mendigando todos los meses con funcionarios de segunda línea cuándo se van a llevar a cabo los desembolsos”.