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CULTURA SOCIEDAD

Un recorrido por los espacios culturales de Neuquén

Unos abren, otros cierran. En Neuquén hay cuatro centros culturales que hoy existen y sostienen múltiples actividades en distintos puntos de la ciudad, todos confluyen en autogestión y resistencia. Los cuatro albergan arte y emociones, sin embargo, mantenerse en actividad resulta costoso, no solo en términos económicos, sino también emocionales y burocráticos, ya que en muchos casos estos espacios significan una forma de vida y una salida laboral tanto para quienes los gestionan como para quienes van a exponer y dar talleres artísticos. Además, deben estar al día con los requerimientos municipales para evitar la clausura. Por todo esto se constituyen como lugares alternativos a las salas oficiales y de resistencia levantando en algunos casos sus posturas políticas. 

Orillas, un refugio para el arte y la cultura que busca nuevos horizontes

A metros del río Limay, donde solía funcionar el histórico Miau Miau, latió durante tres años el Espacio Cultural Orillas. “Post pandemia, después de las primeras tres fechas que eran encuentros entre amigos, conseguimos el espacio, al que le dimos el nombre Orillas, y ahí empezó a funcionar como espacio cultural. Después se fue expandiendo bastante con talleres de tango y folklore”, describió Soledad Cabrera, gestora cultural que lleva adelante este proyecto que llegó a su fin, en ese espacio físico, a fines de octubre. 

Esa noche de despedida, juntó en cada rincón de este espacio que conserva la madera del viejo burdel y luce en sus paredes murales de artistas regionales, a músicos folklóricos, bailarinas de danzas afro, actrices, poetas. También estuvieron infaltables tangueros y tangueras que son capaces de quedarse hasta cualquier hora con tal de bailar una tanda más. 

“Sostuvimos mucho tiempo la milonga de los martes, los jueves había una práctica peñera y los fines de semana algunas varieté, presentaciones de libros, de todo, en horario de estricto funcionamiento de 20 a 01”, agregó Cabrera. 

Atrás quedaron las nochecitas en la vereda de Barrio Belgrano, la limonada y los vermú característicos del lugar. Ahora, sin un lugar fijo, hay que seguirle los pasos a esta versión itinerante de Orillas que propone actividades en lugares amigos que abren las puertas para no dejar de amontonar públicos. 

Araca y el sueño de la casa propia 

Tras 14 años de estar en la calle Villegas no pudieron renovar el alquiler y tuvieron que recapitular todo. Lala Vega, actriz y cabeza de equipo en Araca Teatro, nunca se imaginó la posibilidad de mudarse. “Surgió porque yo vivo acá al lado y esta era la casa de mi tía. Lo que dio la posibilidad de todo fue el proyecto de la ciudad de abrirse al río y que ella (su tía) me ofreció esta posibilidad e hicimos una contraprestación”, contó Vega. 

Después de mucho trabajo, desde agosto Araca funciona a pasitos del mirador del río Neuquén. Tiene la misma cantidad de localidades que en la vieja sede y cuenta con sala teatral y un bar ideal para espectáculos de café concert, lo que les permite hacer una doble programación. Es imposible no identificar la sala de arte en un paseo por Santa Genoveva o el Parque Este, ya que tiene banderines de colores y una escultura en la puerta de entradas. Orgullosa de los resultados obtenidos, Lala mostró las mesas y mesadas de madera laqueada, las lámparas confeccionadas con instrumentos musicales, la planta de luces y la huerta. Todo funciona a la perfección, gracias a un intenso trabajo en equipo. 

Costumbre de veredear 

Con apenas unos meses de funcionamiento en el bajo de la ciudad, La Vereda es una “casa de encuentro”, según sus gestores. Es una casa blanca, con rejas bajas también blancas, ubicada en la calle Misiones, a metros del Teatro Arrimadero. 

Mientras Juan está en la cocina, Mili saca fotos y Marian es parte de uno de los talleres que se realizan en la sala principal de la casa. Allí hay globos y carteles de cumpleaños, y también consignas como, “salud mental es tener para comer”. 

“Nahuel, Lauti y yo veníamos desde el año pasado en otro espacio que se llamaba Arpillera, un proyecto de bar. A partir de que conocieron un poco el ambiente de acá, de Neuquén, que es un poco más cultural. Empezaron a querer darle otro sentido y otra dinámica al espacio, porque si bien antes era solo bar, se abría de noche de comida y se iba a cantar, no había talleres como ahora”, comentó Ale Melo, una de las gestoras del espacio. 

“Al año siguiente, o sea, este año, había que dejar el espacio y en las últimas fechas ya empezamos a activar, a abrirlo a los artistas, como una pruebita. Y bueno, cuando salió la posibilidad de irnos de ahí, se buscó el lugar que daba más con la propuesta de querer abrir un lugar cultural donde estén los talleres, donde sea un espacio de encuentro”, agregó Melo en diálogo con Intempestiva, mientras saludaba a quienes iban atravesando la reja, para llegar o para despedirse. 

Sentada entre la puerta de calle y la puerta de entrada, en unos sillones hechos con madera de palets, Marian Spinelli contó que se sumó en mayo y más tarde lo hicieron Mili y Juan, quienes completan el grupo de gestión. “Ahora abrimos más la propuesta, también a la mañana hay café para desayunar y demás, hay viandas, hay almuerzo”, informaron. 

Pehuenia, cultura con raíz y frutos 

Es un espacio comunitario y autogestivo que tiene 33 años. Con algunos momentos en los que fue itinerante, hoy se encuentra en cercanías del Parque del Dinosaurio,  en el oeste de la ciudad. “Tenía una impronta tradicionalista y con esta nueva gestión se amplió un poco más, como espacio de resistencia contra todas las formas de opresión, cannábico, transfeminista, autogestivo”, contó Alién Blázquez, gestora cultural, hija de Eduardo Blázquez, uno de los fundadores de Pehuenia Cultural del Neuquén. 

Ubicado en Los Surgentes 3050, este galpón cultural tiene la entrada a través de un patio. Está intervenido con murales por afuera, y con banderas y carteles en el interior que conviven con elementos de circo y de Shibari. Ailén asegura que se pueden degustar en Pehuenia “las mejores papas fritas”. Además es amigable con los animales y quienes participan de las ferias lo sienten como su propia casa. 

Cumplir con la normativa, ¡qué difícil!

En La Vereda Cultural contaron que su principal preocupación es sostener el funcionamiento del lugar. En cuanto a la cuestión burocrática, explicaron que “para funcionar como centro cultural o como espacio, tanto sea bar o sea talleres tuvimos que ampliar un poco la licencia comercial. Hemos tenido algunas reuniones con la Dirección Municipal de Comercio en las que nos han pedido un proyecto para ver cómo funciona, cuál es el objetivo de este lugar y todo lo que conlleva poder explicar que no es un espacio de un solo rubro”. 

“Estamos pagando un seguro para todas las personas que habitan este espacio, una ambulancia. Hemos presentado los proyectos, los papeles de todos los planos, de la ingeniería en sonido. La ingeniera vino a supervisar los espacios. Pero la habilitación comercial todavía no nos aprueban”, detalló Ale Melo. 

En Pehuenia la situación es parecida: están “tratando de pagar las cuentas y cumplir”. Ailén Blázquez explicó que si bien se ha trabajado con la comisión vecinal y la relación con el municipio es buena, “siempre mantuvimos la bandera de la autogestión y lo comunitario”. Remarcó además que “en otros momentos de la historia hemos podido participar de convocatorias que ha realizado Nación, pero los espacios que hoy están siendo desfinanciados necesitan más que nunca el apoyo de la comunidad”. 

Lala Vega describió que en su caso “por un lado teníamos el cambio de domicilio de la habilitación anterior, además presenté un proyecto que documenté, incluso con notas periodísticas, que cuando se inauguró el Mirador al Río Neuquén (en 2022) se presentó como polo turístico recreativo y cultural”. Indicó que tuvo muchas idas y venidas con la Dirección de Comercio y la Subsecretaria de Obras Particulares. Fueron tres o cuatro meses de gestión sumado al tiempo y dinero que requirió la inversión edilicia, y aún tienen una habilitación provisoria a la espera de la definitiva.  

Soledad Cabrera comentó que, en este tiempo de intentar regularizar el espacio, decidió cerrar ya que sintió “poco sostén y poco acompañamiento institucional”. “Nos parece que tenía que ser reconocido por todo lo que se sostenía acá adentro”, consideró, sumado a que Orillas era el centro de su vida y su único trabajo. “Desde la Subsecretaría de Cultura hubo un reconocimiento, nos brindaron su apoyo, pero después el espacio está en un barrio residencial. Se trabajó sobre eso desde la Dirección Municipal de Comercio, se habló con los vecinos, con los dueños del lugar, con los artistas y la traba mayor fue la burocracia. Eso agotó la energía”, relató. 

Requisitos

Si bien no hay un encuadre legal para espacios multirubro como Orillas, dentro de la normativa vigente pueden acceder a habilitaciones cumpliendo los requisitos que se señalan a continuación, prestando especial atención en los últimos cuatro puntos:

  • Original y copia de DNI (unipersonal) – Original y copia autentica de Contrato Social en S.R.L. y S.A.S. copia de DNI de las partes.
  • Certificado del registro provincial del deudor moroso alimentario (p/unipersonal).
  • Certificado del registro provincial de violencia familiar y de género (p/unipersonal).
  • Libre deuda por DNI – CUIT del Tribunal de Faltas de Neuquén.
  • Constancia de inscripción en AFIP.
  • Constancia de inscripción en RENTAS.
  • Contrato de alquiler o comodato VIGENTE, título de propiedad o boleto de compra venta, A NOMBRE DE LA RAZÓN SOCIAL Y SELLADO EN RENTAS y con el cupón de pago.
  • Impuesto retributivo o inmobiliario, donde conste la NOMENCLATURA CATASTRAL del inmueble a habilitar.
  • Memoria de seguridad contra incendios, visada por el colegio profesional.
  • Certificado de Cumplimiento de la Memoria de Seguridad, con firma del profesional de puño y letra.
  • Póliza de seguros: responsabilidad civil y comprensiva, mínimo de cobertura $3.000.000.
  • Nota descriptiva y aclaratoria de la actividad a realizar.
  • Informe acústico realizado por un profesional.
  • Habilitación bromatológica del espacio.

Como explicó a Intempestiva Gabriela Cagol, subsecretaria de Comercio de la municipalidad, una vez cumplidos los requisitos “la habilitación se da condicionada al contrato de locación o comodato que tengan y se va renovando”, que suelen tener un plazo de tres años. “Las habilitaciones provisorias son aquellas que les falta regularizar alguna documentación o situación tributaria” explicó Cagol, pero esto no afecta al funcionamiento de los espacios. 

Vivir del arte, construir comunidad y familia 

“El viento los amontona”, dice el dicho y eso es lo que sucede en La Vereda. “La única que es de acá es Ale y para mí no es un detalle menor”, sostiene Marian Spinelli. “Ella es de Olavarría, Mili de San Luis, de Quilmes Nahuel y Lautaro, Juan es de Salta y yo soy la única neuquina”, confirma Ale Melo. Expresaron, en ese sentido, que tratan de contenerse y cuidarse: “hay peleas, como en todas las familias. Ni hablar de los roles que cada uno tiene dentro de este espacio, sostenernos, cuidarnos y dentro de eso, obviamente, como en todo vínculo, siempre hay como rigideces, diferencias y eso, pero bueno, la idea es poderlas ir sobrellevando, aprendiendo, reaprendiendo, porque venimos de otras experiencias”.

En cuanto a la gente que se acerca, la relación también es recíproca. Hay fechas que gestionan desde adentro y otras que los artistas consultan o proponen. 

Lala Vega comentó que en Araca participan sus hermanas, Luciana y Silvina, su tía Mónica, su compañero Fox, su cuñado Víctor, amigos como David y Juan y más allegados. “A mi hermana la veo solo cuando actuamos o ensayamos, mi otra hermana vive en Cipolletti así que viene y se queda todo el fin de semana en mi casa, es divertido. Con Fox estamos acostumbrados, es tan fuerte para nosotros tener la posibilidad de tener un proyecto artístico que nos divertimos, la pasamos bárbaro” relató con naturalidad. Además aseguró que “los vecinos están chochos. Vienen al teatro”. 

Ailén Blázquez rememora que en Pehuenia “el público va cambiando con las actividades, lo importante es que siempre está. En los momentos en que era itinerante mi papá se ocupaba de llegar a los espacios a los que no había cultura porque estaba todo en el centro o en otros lugares. Había que ir a las ciudades grandes, ese culturocentrismo que tenemos de estar a los lugares vistos es un poco el espíritu que intenta quitar Pehuenia”. Además, aclaró que hay un “auto límite de horario ya que el barrio es respetuoso con nosotres, nosotres somos respetuoses con el barrio”.  

En los últimos días de funcionamiento de Orillas, Soledad Cabrera reflexionó: “los artistas se autoconvocaban así que era arreglar las fechas disponibles y organizar la comida, la limpieza. Las personas que habitaron este espacio lo tomaron como un refugio y eso es lo más importante que me queda grabado”. Emocionada, dijo que “muchas personas me han dicho, ‘vine porque no me sentía muy bien’, incluso gente que se quedó trabajando en el lugar. Fuimos refugio y creo que esa palabra es la más fuerte”.


Agenda activa 

La Vereda Cultural, en Misiones 283, ofrece talleres semanales de murga, percusión, danza afro; en noviembre habrá una muestra visual y está abierto de 9 a 22. El próximo viernes habrá un Ensayo Abierto de la Murga La Burra al Trigo y el sábado una Peña Cultural con música baile y tradición. 

Araca Teatro, Virgen de Lujan 1555, no tiene talleres por ahora. En noviembre estará en cartelera “La edad de la ciruela” y algunos espectáculos musicales en la parte del bar. El viernes estará Proyecto Bossa, Música Popular Brasileña y el sábado y domingo “La Edad de la Ciruela”, para reír y emocionarse. 

Pehuenia Cultural del Neuquén tiene un ciclo cine todos los viernes a las 23:23, talleres de folklore, mateadas los viernes, un ropero circular y vínculo con merenderos de la zona. El 17 de noviembre será la cita para la Feria Fumona, que se realiza una vez por mes. 

El 31 de octubre Orillas cerró sus puertas con una despedida fiel a su estilo intimista, pero continuó de manera itinerante, con una peña el 10 de noviembre en Senillosa y la presentación del dúo Tornado Dulce el 11 en Cae Babylon. Aún no hay próximas fechas definidas, pero están en plena gestión. 

Soledad aprovechó para agradecer a Cae Babylon por alojar las actividades orilleras y pidió que no soltemos los espacios culturales “para que se pueda también sentir refugio en esa cultura autogestiva”.

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