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INTERÉS GENERAL

Un Aluvión Estudiantil teje redes entre la universidad y la comunidad

Un grupo de jóvenes que comenzó dando clases de apoyo en bibliotecas populares de Cipolletti logró asentarse dentro de la Universidad Nacional del Comahue con el objetivo de “generar espacios de encuentro” entre lo académico y el barrio.

“La juventud se ha derechizado” es una frase que tomó fuerza dentro del imaginario social luego de que Javier Milei triunfara en las elecciones presidenciales de 2023. Pero, ¿es realmente así? Intempestiva dialogó con referentes de “Aluvión Estudiantil”, la agrupación que conduce el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Educación y Psicología (FACE) de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) desde 2019, que nació en un garage del barrio Antártida Argentina, en 2015.

Joaquín Berrud es el presidente de la Federación Universitaria del Comahue (FUC) y uno de los fundadores de Aluvión. “Éramos 16 jóvenes que militábamos en el espacio Descamisados, un sector del peronismo. Por las prácticas que utilizaban nos terminamos yendo. Nos abrimos y empezamos a reunirnos todos los sábados en el garage de mi casa”, relató.

Si bien en un principio se llamaron “JP”, Juventud Peronista, Berrud señaló que lo que los unió no fue un partido, sino la “vocación” de trabajar en los barrios. “La gran directiva fue construir espacios de comunidad para darle solución a los problemas comunes y otras veces, simplemente, para generar espacios de encuentro”, remarcó.

Para Alejandro Cifuentes, también de la línea fundadora, los conectó “una práctica que se vincula con una identidad argentina, cierta forma de vivir y actuar, la práctica de la justicia social, de solidaridad, de hacer con el otro”.

Constanza Vera conduce hoy el Centro de Estudiante de la FACE, pero se integró a la agrupación cuando se encontraba “en tercer o cuarto año” de la secundaria. “Fue un momento en el que las políticas del kirchnerismo me atravesaban, las vivía en carne propia, no solo porque en mi casa las cosas mejoraron muchísimo, sino porque me llegaban desde la escuela, desde las compus (Conectar Igualdad) hasta los viajes a Tecnópolis”, resaltó.

Con las elecciones de 2015, en la que ganó el PRO y Mauricio Macri alcanzó la presidencia, percibió que aquellas políticas “estaban en peligro”. “Ahí sentí el llamado de la militancia”, enfatizó “Coti”, como le dicen sus compañeros. Con solo 16 años, se puso a buscar “un grupo en Cipolletti que tenga juventud” y llegó a Descamisados, que luego se escindiría para formar la “JP” y, dos años después, se transformaría en lo que hoy es “Aluvión Estudiantil”.

Del barrio a la universidad y de la universidad al barrio

Cuando deciden apartarse de Descamisados y conformar la Juventud Peronista de Cipolletti tenían entre 16 y 30 años. Los movía las ganas de ayudar en los barrios. “Preguntábamos qué podíamos hacer y buscábamos colaborar”, comentó Berrud. Así comenzaron a dar clases de apoyo en bibliotecas populares y centros comunitarios como en el barrio La Paz, Labraña, Pichi Nahuel y Barrio Nuevo, entre otros. Participaban del día de las infancias, impulsaban clases de arte, de guitarra, actividades deportivas y cines comunitarios.

El primer acercamiento que habían tenido con la política tradicional no los interpelaba, así que decidieron emprender sus propias formas de hacer política barrial. “Nos encontramos con la ausencia de una generación que nos pueda transmitir como organizarnos. El ejemplo que habíamos encontrado era trabajar por un cargo”, aseguró Joaquín.

Lo que aquel grupo de 16 jóvenes pretendía era contribuir en la localidad. “Nuestra vocación estaba acá en los barrios, eso nos permitió tener contacto con los vecinos”, recalcó. Si bien no siempre fue sencillo gestionar actividades de participación, se propusieron reunirse “religiosamente” todos los sábados en aquel garage de Antártida Argentina.

“Lo que supimos sostener era ese espacio de reunión”, enfatizó Berrud. Allí proponían distintas acciones, pero sobre todo lo utilizaban como un espacio de acompañamiento y de formación.

“Todos hijos de laburantes” que vieron mejorar sus vidas gracias a las políticas impulsadas por la “justicia social”, llegaron a la universidad y fueron testigos, algunos en primera persona, de la “expulsión” del sistema educativo universitario.

Un Aluvión Estudiantil comienza a gestarse en la UNCo

De aquellos 16 jóvenes que se reunían los sábados, pasaron a ser 10 y de esos 10, cuatro estudiaban en la FACE: Natalia, Imanol, Maciel y Joaquín. El resto estudiaban en otras facultades o trabajaban o seguían en la secundaria, como “Coti”.

La primera problemática que supimos leer con claridad fue lo que llaman deserción estudiantil. Nosotros lo llamamos expulsión sistemática del sistema educativo. En primer año ingresa un número equis de estudiantes y al final del cuatrimestre tenés la mitad. Había que atacar esa problemática. Así surgen las tutorías”, contó Berrud.

Joaquín se chocó de frente con la decisión de tener que suspender sus estudios en Psicología. “Cando empecé a estudiar acá me fue mal en las primeras materias y dejé la universidad entera. Los horarios del trabajo no se acomodaban a la cursada y terminé dejando dos años. Yo recuerdo esa universidad, cuando inicié, y me hubiesen venido muy bien las tutorías, no sólo para aprender conceptos que no me quedaban claros, sino además para formar vínculos más grandes que me pudieran sostener en esos momentos”, rememoró.

Tras esa primera experiencia, al volver a la casa de altos estudios vio un espacio ideal para reunirse y dictar clases de apoyo: “el ex barcito”, un sector que quedó en desuso cuando se construyó el actual bar de la facultad. “Esa sala de estudios es el corazón de Aluvión”, confesó Berrud.

Allí comenzaron a reunirse para dar clases de apoyo y tutorías. Al principio eran pocos, pero “se empezó a correr la pelota” y “un día se llenó la sala mayor de gente”, recordó Martín Rubio. Acudió a aquella sala como un estudiante en busca de apoyo, luego se fue involucrando más y más y hoy es secretario general del Centro de la FACE.

Las tutorías empiezan en el primer cuatrimestre de 2017 y, para finales de ese año, deciden presentarse en las elecciones del Centro de Estudiantes. Recuerdan que quedaron segundos, detrás de la CEPA – PCR, perdiendo por unos 100 votos de diferencia.

En 2018 compiten para integrar el Consejo Directivo, logran ganar e ingresar dos consejeros estudiantiles. A fines de ese año, vuelven a disputar la conducción del centro estudiantil, pero pierden una vez más.

En 2019 renuevan los consejeros estudiantiles y, a finales de año, insisten en las elecciones por el Centro de Estudiantes. “Ganamos con el 56% de los votos”, contó Joaquín. La primera gestión de Aluvión se encontró con la pandemia que azotó al mundo en 2020. Le hicieron frente a través de ciertas iniciativas como los “módulos alimenticios”, por fuera de los que ya otorgaba la facultad, y gestionando 25 puntos de conexión, dado que la virtualidad presentaba una dificultad para quienes no disponían de internet.

Pero el aislamiento les había quitado su principal lazo con la comunidad estudiantil: los encuentros cara a cara que se daban en las tutorías, los espacios apoyo y solidaridad. Así, desarrollaron asambleas virtuales donde no sólo hablaban de los problemas comunes del alumnado, sino también de la salud mental y las pérdidas humanas que muchos tuvieron que atravesar.

A fines del 2020 se mantenía la virtualidad y no había un horizonte claro para volver a las aulas. ¿Y las elecciones para renovar la conducción del Centro? “Nuestra prioridad era garantizar el voto universal secreto”, remarcó Berrud, aunque no hallaban la forma. Buscaron una solución conjunta con otras agrupaciones, pero se encontraron con una “oposición muy desintegrada”. Tras varias asambleas y debates, llegaron a la conclusión unánime de que lo mejor sería esperar a que se retome la presencialidad para disputar las nuevas elecciones.

Para las elecciones hubo que esperar hasta 2022, pero reconfirmaron una vez más que Aluvión Estudiantil se imponía como la agrupación de referencia entre el alumnado: en mayo se quedó con las cuatro bancas del claustro en el Consejo Directivo y en noviembre fue reelecto para conducir el Centro de Estudiantes de la FACE, con el 92% de los votos. Ese año también se quedaron con la elección del Centro de Estudiantes de Medicina.

En 2023 conforman el frente electoral Confluencia Estudiantil del Comahue (CEC) para participar de la elección a presidente de la Federación Universitaria del Comahue (FUC), pero se quedaron con un sabor amargo. “Perdimos de una manera muy oscura”, sostuvo Berrud. Denunció fraude y aseguró que había más votos que personas habilitadas para votar, entre otras irregularidades.

Finalmente, el 14 de mayo de 2024 ganaron la elección y Joaquín Berrud se consagró como presidente de la FUC.

Joaquín recordó que pudo cumplir con lo que prometió la primera vez que entró a un aula para pedir que voten a Aluvión Estudiantil. “Creo que llevaba el mameluco puesto, venía de trabajar en el taller. Me paré y dije que queríamos cambiar la historia. Puedo decir que lo hicimos. Hasta ese momento (que llegaron al Consejo Directivo) nadie había pensado en una normativa para garantizar la licencia por maternidad, paternidad o tarea de cuidado, o la licencia por duelo, que rigen para toda la universidad. O la mitad más uno, que se aplica solo en la FACE (cuando más de la mitad desaprueban un examen). Son normativas que buscan una revisión de la práctica de los docentes, cosas que están en cualquier convenio colectivo de trabajo. Esas normativas fueron la solución para muchos estudiantes”, recalcó Berrud.

Bajo el lema “por un egreso colectivo”, los “aluvioneros” buscan promover iniciativas que mejoren la trayectoria de los estudiantes dentro de la vida universitaria, tejiendo lazos de solidaridad entre los alumnos, pero también entre la universidad y los barrios. De allá vienen y hacia allá van.

 

Un “egreso colectivo” que llega a los barrios

Camila Russo es una psicóloga egresada de la Universidad Nacional del Comahue que continúa integrando Aluvión Estudiantil. Es una de las referentes en Ferri y mantiene un vínculo activo con la comunidad. El viernes pasado montaron un cine comunitario en la Biblioteca Popular Raúl Entraigas, allí en el barrio cipoleño, que se llenó de niños y niñas que asistieron a ver la película “Intensamente 2”, estrenada recientemente.

Piden “más palomitas”, circulan los vasos con gaseosa, las galletitas, las porciones de bizcochuelo y se escuchan las risas. Se percibe la confianza entre todes en la sala, es que allí asisten regularmente para hacer la tarea.

Una de las bibliotecarias, Adriana Pérez, contó que ella se contactó con la agrupación para que dicten clases de apoyo. “Les mandé un mensajito y así arrancamos”, relató.

Otro de los barrios donde colaboran activamente es en La Paz. Juana Floriano Carrasco conduce las actividades en el salón comunitario, pintado hace poco y puesto a punto para generar “pertenencia entre los vecinos”.

Las clases de apoyo suelen ser el punto de inicio, pero las iniciativas se van multiplicando cuando comienzan a llegar los recursos. Las clases de arte y de guitarra recibieron gran interés por parte de los vecinos, al igual que las jornadas de cine comunitario que se desarrollan sábado por medio. “La prioridad es que los chicos hagan la tarea y tomen la merienda”, señaló Juana, meta que se logra con otros actores, como la panadería del barrio que les dona el pan.

Así, se van tejiendo los lazos entre Aluvión y la comunidad, partiendo del mero contacto y las ganas de participar. Si bien la agrupación surge en Cipolletti, donde logró consolidarse, pretenden expandirse a otras localidades del Alto Valle. Actualmente dan clases de apoyo en la Biblioteca Popular Abuela Bertogna, en calle Lanín al 400, en Neuquén capital.

¿La juventud se ha derechizado?

Joaquín Berrud milita en la Juventud Peronista desde los 20, hoy tiene 29. Sostiene que más que una “juventud derechizada”, lo que ocurre hoy en la Argentina es una “crisis institucional”, de descreimiento ante la “cosa pública”. Frente a esta “fragmentación social” y “crisis vincular”, aparece Milei, “un tipo triste, rencoroso y enojado que expresa ese quiebre”.

Sostuvo, además, que “el pueblo no se equivoca” y que el triunfo de La Libertad Avanza reúne varios factores, entre ellos la falta de respuesta de la gestión de Alberto Fernández ante las demandas de la sociedad.

Sin embargo, vio en la defensa de la universidad pública un punto de unión entre los y las argentinas: “Nada es eterno si no se lo defiende”.

¿Por qué Aluvión Estudiantil?

Berrud contó que el nombre de la agrupación ya existía en la FACE, pero estaba “destruido” y sólo tomaba impulso cuando se asomaban las elecciones. Junto con algunos integrantes de aquel “primer Aluvión” renovaron el espacio que llegó a la conducción del Centro en 2019 y que se sostiene hasta hoy, con más de 100 integrantes en la Facultad de Ciencias de la Educación y Psicología y otros 60 en la Facultad de Medicina.

“Hubo algo de apropiarse, también de los insultos, como los cabecitas negras de los que hablaba Evita y ese ‘aluvión de animales’ que llenó la plaza el 17 de octubre para exigir la liberación de Perón”, remarcó Joaquín. Y agregó que, además, tiene algo que ver con el origen de la palabra, “un cúmulo de barro que arrasa con todo”.

El “Aluvión Estudiantil” nació en los barrios de Cipolletti, llegó a la Universidad del Comahue y promete expandirse por el Alto Valle.

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