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INTERÉS GENERAL

Peligrosos son los que desinforman

Se estima que 4.371.000 argentinas y argentinos presentan riesgo de padecer un trastorno mental. Más de 12 millones de personas en el país sufren de padecimientos psicológicos. En Buenos Aires, en los últimos cinco años se registraron 4.197 asesinatos y sólo 2 de las personas que cometieron esos crímenes eran pacientes psiquiátricos. Frente a una asesina que sería (en potencial) trastornada, la agenda mediática propone hablar de las condiciones de salud mental como amenaza.

El 28 de septiembre de 2020, un paciente diagnosticado con esquizofrenia asesinó a un policía frente al Malba. Hace unos días, una mujer se suicidó después de asesinar a su pareja y a sus dos hijos en Villa Crespo. Los diarios le asignan distintas enfermedades, todas psiquiátricas. En los medios de comunicación y redes sociales, otra vez, se pone el crimen como ejemplo de la peligrosidad de las personas que viven con una condición de salud mental. Según datos de la Procuraduría General de la provincia de Buenos Aires, hay 2,3 asesinatos por día. Es decir, sólo el 0,04% fueron perpetrados por pacientes psiquiátricos, según los datos publicados.

 “Quiero dejar planteado que este tipo de episodios, si bien muy comentados por los medios por lo desgarrador de la situación, son extremadamente raros y poco frecuentes”, explicó Carlos Vinacour, presidente de la Fundación Bipolares Argentina (Fubipa). “La Organización Mundial de la Salud ha planteado que todos los estudios científicos dan cuenta que las personas con trastornos mentales graves no suelen cometer este tipo de actos y no son estadísticamente más violentas que las personas sin trastornos mentales. Por el contrario, en general suelen ser víctimas de violencia tanto verbal como física”, agregó el médico psiquiatra.

“Me alerta el miedo que nos generan a nosotros mismos este tipo de declaraciones”, relató Jimena en relación a la cobertura mediática. Ella vive con una condición de salud mental y comparte un grupo con personas en la misma situación. “Los profesionales de la salud y la realidad misma nos dicen que no somos peligrosos, que estadísticamente no lo somos, que todos los días se mata gente y no somos protagonistas de los crímenes pero por otro lado los medios nos dicen todo lo contrario. Esta situación genera que nosotros mismos tengamos miedo de nuestra enfermedad si no estamos psicoeducados”, explicó.

Jimena contó que entre sus compañeros se preguntan “Che, ¿nos puede pasar esto? Porque en la tele dicen que nos puede pasar”, aclaran. “Estas situaciones son súper estigmatizantes, ni siquiera sabemos realmente si esta persona tiene o no un trastorno de salud mental. Desinformación total”, observó.

“Situaciones tan extremas no son representativas del conjunto de los padecimientos en salud mental. Aunque muchas veces se instalan ideas que vinculan de modo automático la enfermedad mental con la violencia, las investigaciones demuestran que las personas con padecimientos psíquicos no suelen ser quienes ejercen violencia, sino muchas veces quienes la padecen”, analizó la Licenciada Gabriela Williams, de Proyecto Suma, una asociación sin fines de lucro que trabaja con personas con padecimientos de salud mental.

“Las personas con trastornos mentales no somos peligrosas, lo que es peligroso es que se esté comunicando que por dejar de tomar una pastilla podés salir a matar gente”, afirmó Sebastián, paciente psiquiátrico.

El concepto de peligrosidad en el campo de la salud mental es una idea vieja y vetusta, es un término que se utilizaba en el modelo manicomial donde se creía que había que cuidar a la población de los locos”, señaló la psicóloga Romina Sánchez.

“La idea de los locos como un peligro para la sociedad no hace más que reforzar el estigma sobre las personas con padecimientos de salud mental. Si nos quedamos con la idea de peligrosidad, podemos llegar a perder de vista la importancia del rol que debe cumplir el Estado, las instituciones y la sociedad en su conjunto para promover una mejor calidad de vida para la población en general y para las personas con diagnósticos de salud mental en particular”, analizó la profesional.

Atrás del potencial, los medios diagnosticaron. “Podría haber ocurrido durante un brote psicótico”, afirmó El Cronista. Dan detalles de los fármacos que tomaba y especulan en base a eso qué enfermedades podría tener: depresión y esquizofrenia, arriesgaron. Nombraron bipolaridad y ansiedad al pasar. En La Nación, usaron como sinónimos “problemas psiquiátricos” y “paranoides”, hablaron de una recaída. Las fuentes son reservadas o no existen.

Desde Página12, aseguraron que se trataba de un brote psicótico y agregaron en potencial que la asesina había dejado la medicación. En el mismo medio hicieron referencia a que “estaba distinta” e indicaron que el hecho de pedirle a la empleada doméstica que se retire antes o que no encendiera la aspiradora refuerza la hipótesis de que la mujer había abandonado el tratamiento farmacológico.

“No todos los cuadros con un mismo diagnóstico se presentan de la misma manera. La salud mental es un terreno complejo en el que intervienen múltiples factores”, complejizó Williams.

Días después del crimen, los principales medios analizaron las publicaciones en redes sociales con detalle. Lo que podría ser un posteo descuidado o de humor ácido, se volvió premonición del crimen a ojos de los periodistas. Señalaron como indicador de desequilibrio que “había posteado frases repletas de emojis y sin separar las oraciones”.

“A mí, te digo, que ya hasta me da risa cuando analizan las cosas de las redes o dicen que por no querer escuchar la aspiradora ya era una señal de que estaba mal. Seguro que hubo otras, no sé. Pero ya cualquier cosa sirve para reforzar el estigma o llenar espacio. Si fuera por usar emojis… que nos internen a todos”, comentó Sebastián. 

“Cuando digo que me da risa me refiero a las gansadas de los periodistas”, aclaró, porque “el caso en sí es terrible y que uno quiera explicar que no se debe generalizar no significa que lo que hizo esta mujer está bien, todo lo contrario- Escuché gente que hasta la justificaba por estar enferma. Si fuera un pibe pobre o una lesbiana no dirían lo mismo pero ese es otro tema”.

En los medios de comunicación, se habla de los diagnósticos como algo muy ajeno. Sin embargo, un relevamiento del estado psicológico de la población argentina realizado por el Observatorio de Psicología Social Aplicada de la UBA, estimó que el 9,4% de la población del país presenta riesgo de padecer un trastorno mental. De las personas participantes, el 45,5% consideró al momento del estudio que estaba atravesando una crisis.

Según un informe elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA con información recopilada entre 2010 y 2023, más del 26% de las personas argentinas sufren malestar psicológico. Es decir, más de 12 millones. Siguiendo la estadística, de cada cuatro periodistas que opinan en un panel de televisión, más de uno podría estar sufriendo algún padecimiento mental.

“Una conducta violenta no puede justificarse a causa de un problema de salud mental, ya que muy pocas veces existe una sola razón que explique un comportamiento de este tipo. Las personas con problemas de salud mental tienen la misma probabilidad de cometer un acto delictivo que cualquier otra”, aseguró Marian Fábregas en la “Guía de estilo sobre salud mental para medios de comunicación”, de libre acceso en comunicalasaludmental.org

 “Seguimos sin construir respuestas colectivas, sin garantizar acceso a tratamientos, políticas públicas y abordajes integrales”, observó Williams.

“Si vivís con una enfermedad psiquiátrica ya sabés lo que es sufrir el estigma todo el tiempo. Ya sabés qué prejuicios te van a caer, sabés lo difícil que es hablar de eso sin que te miren mal o –en el mejor de los casos- que te vean con lástima, sabés qué cosas te preguntan por morbo y cómo te ven si lo contás. Me da miedo porque ahora nos van a mirar más todavía como una amenaza cuando en realidad el peligro es para nosotros que tenemos cada vez menos acceso a los tratamientos que necesitamos para vivir”, concluyó Sebastián.

1 Comentarios

  • Romina mayo 27, 2025

    Es la primera nota seria y no sensacionalista del tema. Gracias por abordarlo desde éste enfoque y traer claridad a tanto ruido!

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