La Asociación Nueva Crianza cumplió siete años acompañando los procesos de crecimiento de las infancias y adolescencias trans. Se trata de un lugar de encuentro que nació en junio de 2018, a partir de la necesidad de escucha y búsqueda de herramientas que garanticen el derecho a una infancia y adolescencia diversa y respetuosa.
Son alrededor de cuarenta familias las que forman parte de una red que se reúne una vez al mes para plantear inquietudes, conversar y reconocerse entre pares.
“Mateando entre adultes” convoca a una mesa en la que los más grandes expresan miedos, dudas y experiencias. Comparten información, políticas públicas, contextos adversos. Fortalecen herramientas de concientización en pos de garantizar derechos y construir bases sólidas para un fin común a todos los tipos de familias: una sociedad diversa, libre y segura.
“CreSiendo” es un taller lúdico en el que los más chicos corren, dibujan, juegan y preguntan. Hermanes, amigues, se reconocen entre pares. Comienzan a formar y desenredar sus identidades, sus gustos, sus nombres propios. Es el inicio a la expresión de deseo y preguntas a través de lápices de colores, pilas de disfraces y juegos de mesa.
Con el desarrollo de Nueva Crianza a través de tiempo, también fueron creciendo estas infancias iniciales, que ahora se convierten en pre adolescentes y adolescentes. “Transilvania” es como bautizaron a esta reunión de amigues que escuchan música, comparten y disienten en gustos, cambios de look y tópicos esenciales para la vida a los 13 o a los 15. “Si pudieras llevarte todo lo que quieras de una tienda, ¿cuál elegirías?” En el top tres están los locales de accesorios, las librerías y las tiendas de discos. Se fascinan por las cámaras y por verse/ reconocerse.
El respeto, la empatía, preguntar siempre, no dar nada por sentado, son los factores comunes y los pilares de convivencia. En un momento donde se cuestionan e invalidan derechos, se expanden los discursos de odio y se naturaliza la violencia desde canales oficiales, refugios como Nueva Crianza redoblan las apuestas decididos a no retroceder. “Por siete años más!” grita una voz chiquita mientras una decena de manitos atacan las velitas de la torta.
*Texto y fotos: Anahí Cárdena
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