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OPINIÓN

Ni en la foto final vas a salir

Al presidente del Gobierno de Ocupación de EE.UU. en Argentina (y no exagero) no le fue muy bien en la Cumbre del G20. La angustia de la soledad que sufrió, emuló la letra del tango “Desencuentro”, de Cátulo Castillo, con música de Aníbal Troilo, cuando termina: “Ni el tiro del final te va a salir”. Pero Milei está muy lejos de aquella letra, por la sencilla razón que nada huele a poesía en Milei ni cerca de él. El personaje payasesco no tuvo espacio en un ámbito donde nadie suscribe ni una coma de lo que piensa el ahistórico presidente. Lo cierto es que ni si quiera salió en la foto final de la Cumbre, llevada a cabo en Río de Janeiro el pasado fin de semana. Los gestos y saludos en este tipo de cumbres, donde se encuentran los representantes y principales líderes del planeta, suelen ser más observados. Fue así que a partir del saludo frío y la gestualidad adusta por parte del anfitrión Ignacio Lula Da Silva para con su par vecino anticipaba el mal trago y la soledad que sufriría Milei en el cónclave político.

Los jefes de estados que representan el 85% del PBI mundial plasmaron una declaración final que va en contra de todas las posturas políticas del Gobierno neocolonial argentino. Para empezar, hasta EE.UU. firmó el documento que expresa su preocupación sobre la catastrófica situación en la Franja de Gaza y la escalada de bombardeos al Líbano, además de pedir la conformación del Estado Palestino. También le exigieron a Israel, el pueblo elegido por Milei, “el levantamiento de todas las barreras a la prestación de asistencia humanitaria”. La declaración dedica un párrafo al otro grave conflicto armado, clamando por la “paz” en Ucrania y sin condenar explícitamente a Rusia. Este tema amenazaba con frustrar el consenso, pero a nadie le convenía que sucediera, evidentemente.

“Defender acciones contra la desigualdad y el hambre” y “promover políticas de Estado en favor de la transición energética” ocuparon la centralidad del debate con un claro posicionamiento positivo y mayoritario, que refleja la esencia de la Agenda 2030. La soledad de Milei fue abrumadora al momento de expresar su pronunciamiento opuesto al respecto. Los únicos aplausos que se escucharon en el recinto después de su alocución provinieron de la reducida delegación argentina.

El documento también hizo referencia a tener sistemas tributarios progresivos y gravar de forma diferenciada a los súper ricos para poder afrontar el hambre mundial y construir sociedades más igualitarias. Esta propuesta fue realizada en el anterior encuentro por el presidente brasileño y quedó plasmada explícitamente en este último cónclave. En varios países del mundo, algunos europeos, esta política tributaria se viene aplicando hace rato. En nuestro país se llevó a cabo por única vez en plena pandemia, por iniciativa de un Proyecto, convertido en Ley, de los diputados Máximo Kirchner y Carlos Heller. Lo recaudado fue destinado a la crisis sanitaria, a programas productivos para pequeñas y medianas empresas y a Energía.

Por supuesto que el presidente Milei planteó todas las disidencias (casi totales) con muchos puntos del documento a través de dos comunicados. El Gobierno de ocupación en nuestro país no está de acuerdo con defender los derechos de las mujeres a la paridad, ni con cobrar impuestos a los más ricos, ni cree en el cambio climático, por lo tanto, no toma ninguna medida a favor del cuidado del medio ambiente. En lo geopolítico, comparte la masacre que efectúa el sionismo israelita contra el pueblo palestino y, obviamente, está de acuerdo con la invasión de la OTAN, a través de Ucrania, a Rusia. No obstante, sin pedir perdón explícitamente, tuvo que agachar la cabeza ante los mandatarios brasileño y chino, que otrora había insultado, con jactanciosa violencia.

El papelón internacional no inhibió a empresarios argentinos, como Marcelo Midlin (Pampa Energy), Martín Migoya (Globant), Claudio Belocopit (Swiss Medical), Sebastián Bago (Laboratorio Bagó), el opudeista Jorge O`Relly (Desarrolladora Eidico), los hermanos Germán y Patricio Neuss y el ex ministro de Menem José Luis Manzano, al reafirmar el apoyo al payasesco presidente financiando al “Brazo Armado Libertario”, a través de la Fundación Faro, presidida por el neonazi-colonialista Agustín Laje. Si esta información tiene algo de positivo, es que queda claro el financiamiento de cualquier acto violento de ahora en más, a diferencia del ocultamiento por parte de la mafia judicial argentina con el atentado a Cristina: “El tiro que no salió, pero el fallo que sí saldrá”.

  • Rodolfo Canini – profesor de historia

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