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POLÍTICA

“Los sindicatos estamos llamados a ser la verdadera oposición a Milei”

Desde hace unos años, Rodolfo Aguiar dejó de ser noticia regional por protestas encabezadas en su provincia, Río Negro, por reclamar ante los gobiernos de Alberto Weretilneck o por haber sido un “preso político” del macrismo y se transformó en un dirigente mediático a nivel nacional. Primero, como segundo de Hugo “Cachorro” Godoy y luego, desde el pasado 7 de noviembre, como titular de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), uno de los principales sindicatos nacionales que agrupa a más de 350 mil trabajadores y trabajadoras. Hoy, es el dirigente que le hace frente a las políticas “destructivas” de Milei y quien desafía la motosierra y licuadora que deja mes a mes a cientos de desocupados en todo el país.

De paso por su provincia natal, con motivo del fin de semana largo, habló con Intempestiva y aclaró que, ante la ausencia de un claro liderazgo político en el campo nacional, la verdadera oposición a Milei son los gremios. Pidió no bajar los brazos, trabajar bajo consensos y luchar para impedir que este Gobierno, con la anuencia de gobernadores y legisladores, colonice el país. “Si lo que no impera es la voluntad de los dirigentes, se va a imponer la voluntad de las bases. Necesariamente un pueblo que está siendo hambreado va a responder de la misma manera que lo ha hecho a lo largo de su historia”, indicó.

Remarcó que desde ATE tienen claro el enemigo, afirmó que están decididos a confrontar por el bienestar de las y los trabajadores y adelantó que el gran desafío es ampliar poder y llegar con fuerza a todo el territorio. “Estamos en un momento bisagra, donde la democracia empieza a quedar atrás para ingresar en un régimen absolutamente totalitario, donde se pretende infundir miedo y temor”, dijo y aseguró que a ese plan se le hace frente con firmeza, decisión y confrontando en la calle con unidad.

¿Cuál es la evaluación de estos primeros siete meses al frente de ATE Nacional?

Estos meses han permitido que la conducción nacional pueda consolidarse y que esa consolidación se haga a partir de dos cuestiones muy claras: la decidida confrontación y el impulsarnos en nuestra propia historia. Desde un primer momento decidimos salir a confrontar contra un Gobierno Nacional que manifestó siempre que su pretensión era destruir el Estado y que para llevarla a cabo iba a despedir masivamente a trabajadores y trabajadoras estatales. Y al mismo tiempo hemos cumplido con el compromiso electoral de impulsarnos en nuestra propia historia, por eso decidimos asumir en la Isla Demarchi, donde fue fundado el sindicato, y ahora haremos nuestro primer Congreso Nacional en el teatro Margarita Xirgu, que es donde se reunía por primera vez la agrupación que hace 40 años recuperaba el sindicato de las garras de la última dictadura militar.

Es decir, en estos siete meses hemos cumplido con los valores fundacionales, nos reafirmamos en nuestra historia y estamos decididos a confrontar cuerpo a cuerpo en todos los ministerios y en todos los organismos con un Gobierno que quiere poner el Estado al servicio de los más poderosos.

Estimamos, como viene el panorama, que esa confrontación será una constante en lo que viene. Pero antes de entrar en ese contexto y para continuar con lo estrictamente sindical, ¿cuáles serán los desafíos para lo que resta de este 2024?

La segunda mitad del año tiene que servirnos para profundizar la organización interna de ATE y pensar por dónde viene el crecimiento. Toda organización tiene que proponerse tener más poder y sólo se tiene más poder cuando se tiene más afiliados y cuando se logra un mayor desarrollo territorial, ocurre en el sindicalismo como en la política. Por eso este segundo semestre nos debe servir para planificar nuestro crecimiento sabiendo que si crecemos en cantidad de afiliados y nos desarrollamos territorialmente tendremos más poder. Es un segundo semestre de planificación y el desafío de nuestro crecimiento está en los trabajadores municipales. Este sindicato nació exclusivamente con trabajadores nacionales, en los 90 se les abrió la puerta a los trabajadores provinciales y ahora viene el tercer escalón: las y los municipales. ATE se tiene que transformar en el sindicato que represente a las y los trabajadores municipales de la Argentina y hay trabajadores y trabajadoras de más de más de 2200 comunas para ir a buscar.

Asumiste casi a la par de Javier Milei, ¿te imaginabas este duro presente, con decisiones que golpean de lleno a la clase trabajadora en tan poco tiempo?

Antes de asumir imaginamos los dos escenarios posibles, ya que las generales fueron una semana después de nuestra asunción. Por supuesto que el que menos queríamos es el que estamos transitando. Está claro que el pueblo, en aquel momento, eligió un presidente y seis meses después nos damos cuenta que tenemos un dictador. No es una exageración plantear que hoy, después de seis meses, estamos en un momento bisagra y que la democracia empieza a quedar atrás para ingresar en un régimen absolutamente totalitario, donde se pretende infundir miedo y temor. Está en nosotros hacer que el Gobierno fracase e impedir que la Argentina se colonice, como quiere Milei.

En este contexto que describís, con un horizonte más que negro, ¿cuál es tu análisis en relación al rol de los sindicatos a nivel general?

Creo que son tiempos en los que el movimiento obrero no se puede permitir tener la mínima fisura. Es cierto que existen distintas miradas, sectores que evidentemente tienen otros tiempos y diversos análisis sectoriales. Todos son respetados, pero no se puede esperar hasta el 2025 para canalizar la bronca, como señalan algunos espacios. Quién aguanta hasta el 2025; acá no hay ve corta. Ese verso de la teoría económica de la ve corta que se nos plantea desde el Poder Ejecutivo Nacional, diciendo que vamos a tocar el piso y vamos a rebotar, es una gran mentira. La historia muestra que cada vez que los trabajadores y los jubilados cayeron al piso no rebotaron. Por lo tanto, si bien los sindicatos debemos haber aprendido del costo que se paga cuando estamos divididos, costo que casi nunca pagan los dirigentes sino los representados, debemos hacer los máximos esfuerzos para unirnos y elaborar las mejores estrategias para defender los derechos de las y los trabajadores. Frente a la ausencia de liderazgos que hay en la oposición, y que no aparecerá uno claro hasta las elecciones de medio término de 2025, los sindicatos estamos llamados a convertirnos en la verdadera oposición al gobierno que encabeza Javier Milei.  

¿Y el rol de la CGT?

Sin haber sido debatido internamente, considero que hay un antes y un después del 12 de junio (NdR: fecha en que se trató en el Senado la Ley Bases). Ese día, la CGT institucionalmente decidió no movilizar al Congreso, aunque sí lo hizo parte de la CGT, por lo que creo que va a costar mucho que esas conductas distintas que desplegaron ese día sindicatos que integran la CGT no impacten al interior. Dudo que se vuelva a repetir con tanta nitidez ese escenario en el que durante meses la CGT y las dos CTA plantearon estratégicamente una unidad en acción importante que brindaba, de alguna manera, tranquilidad al movimiento de trabajadores en nuestro país. Ojalá que no ocurra, pero me parece que el 12 de junio fue un punto de inflación en ese sentido.

Decís que no todos tienen los mismos tiempos y que es comprensible, pero también remarcás que los sindicatos están llamados a convertirse en la verdadera oposición del Gobierno. Ahí aparece una primera contradicción, ¿cómo se trabaja para llegar a ese acuerdo conjunto y a esa máxima unidad de la que por lo bajo todos dicen estar de acuerdo?

Es una tarea sumamente compleja. Si no impera la voluntad de los dirigentes, se va a imponer la voluntad de las bases. Necesariamente un pueblo que está siendo hambreado va a responder de la misma manera que lo ha hecho a lo largo de su historia. Fueron las luchas de las Madres y de las Abuelas de Plaza de Mayo las que permitieron ponerle fin a la última dictadura militar, es el mismo pueblo que en 2001 abrió un nuevo tiempo en la Argentina y es el mismo pueblo que en 2019 le dijo que no iba más a ese equipo que llegó para gobernar por 20 años… Cada vez que irrumpe el pueblo lo que se cae es la oligarquía. El pueblo va a irrumpir y ese pueblo que va a irrumpir lo tiene que hacer, según nosotros, con la dirigencia a la cabeza. Al menos desde ATE estamos convencidos y hemos tomado la decisión de hacerlo, porque a este Gobierno no se le puede pedir un giro en sus políticas económicas o un cambio de rumbo económico; a este Gobierno hay que confrontarlo en la calle y en unidad.

  

Lo que pasó afuera del Congreso mientras se aprobaba la Ley Bases fue tremendo y también todo lo que siguió hasta el día de hoy, donde aún hay cinco personas presas… ¿Crees que el objetivo del Gobierno es generar miedo ante futuras movilizaciones?

Hoy, todos los ciudadanos estamos en una suerte de libertad condicional. Estamos frente a un Gobierno que decidió suspender derechos y suprimir garantías constitucionales como únicamente ocurrió durante las dictaduras. Ya conocemos ese horror que nos tocó vivir como país, la época trágica que atravesamos como Nación. El modelo de país que nos proponen excluye a las y los trabajadores y a las y los jubilados. De la única manera que esta idea próspera es con represión, con detenciones ilegales y con la deslegitimación de las protestas pacíficas. Por supuesto que frente a eso no tenemos que temer. Lo peor que podría ocurrir es que el Gobierno cumpla con su objetivo. Por eso no es tiempo para lamentarse ni para llorar, sino para seguir organizando la lucha.

¿Qué implica la Ley Bases que regresó a Diputados para su aprobación final?

La Ley Bases pone de rodillas a la Nación y al Estado al servicio del saqueo. La Ley Bases, de alguna manera, es el documento que certifica la rendición incondicional que plantean todos los gobernadores en la Argentina. Dan vergüenza, dan vergüenza cómo se someten al poder central, luego que los llaman ratas y los ningunean para bajarles el precio y comprarlos al valor de oferta. Están sorprendidos porque hicieron durante 40 años de la política el diálogo, el consenso y la rosca permanente y de golpe se encontraron con un Gobierno para el que el diálogo no está dentro de su diccionario. No saben qué hacer, sólo así se entiende que busquen las más variadas excusas para terminar levantando las manos en el Congreso y, de esta manera, permitiendo que el estado-nación comience a disolverse. Si se consolida esta ley vamos a ser tierra arrasada y ellos habrán sido cómplices de esta destrucción.

Para cerrar, te llevo un poquito al terreno partidario y te consulto cómo ves al peronismo en su más amplio abanico.

Hay una oposición que hasta aquí no ha superado la gacetilla de prensa. Como lo dije anteriormente, al no existir un liderazgo claro en la oposición y como ese liderazgo va a aparecer recién con las compulsas electorales del próximo año, creo que somos los sindicatos los que estamos llamados a convertirnos en la verdadera oposición a este Gobierno e impedir que nuestro país sea saqueado. Como dijo (Arturo) Jauretche: “Si malo es el gringo que nos compra, peor es el criollo que nos vende”. Y hoy, en ambas cámaras del Congreso y en todas las provincias, estamos llenos de criollos que en este momento nos quieren vender.    

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