El Plan Provincial de Regionalización, recientemente aprobado a través de la Ley Nº 3480, implica una nueva manera de mirar, entender y gestionar el territorio. Sin dudas, ha sido uno de los hitos de la gestión de nuestro gobernador, Cr. Rolando Figueroa, en el cual se viene trabajando firmemente, incluso con anterioridad a su asunción hace un año atrás.
En esta nota, ahondaremos sobre el proceso de regionalización en curso en la provincia del Neuquén, cuáles han sido las principales razones de su impulso, los avances alcanzados y los principales desafíos que identificamos.
El Plan Provincial de Regionalización es la columna vertebral de la presente gestión de Gobierno y se inserta transversalmente en cada una de las políticas públicas llevadas adelante desde los distintos organismos de la administración pública provincial, de manera articulada con los gobiernos locales y actores territoriales. La regionalización integra a la provincia en 7 regiones: Región Confluencia; Región de la Comarca; Región Vaca Muerta; Región Alto Neuquén; Región Pehuén; Región de los Lagos del Sur y Región Limay.
Para su definición se observaron fundamentalmente las dinámicas poblacionales actuales de cada territorio, considerando a su vez las proyecciones de crecimiento demográfico. Además, se analizaron las relaciones sociales entre los distintos actores así como sus identidades culturales. Se tuvieron en cuenta las actividades económicas consolidadas y aquellas de potencial desarrollo, como así también los corredores logísticos y turísticos ya definidos y los que están proyectados.
Consiste en un proceso de desconcentración administrativa -y no de descentralización- ya que no implica la transferencia de responsabilidades hacia los niveles políticos locales. Por el contrario, se refiere a un proceso de expansión de las capacidades agenciales del Estado, y de las posibilidades administrativas que tiene un Gobierno respecto al Estado.
Entre las razones que nos llevaron a impulsar el Plan Provincial de Regionalización, sin dudas se encuentra la necesidad de potenciar las particularidades de cada región, que tiene como sustento la idea de priorizar el reconocimiento de las múltiples identidades que conviven en la provincia.
Además, nos hemos propuesto superar las viejas fragmentaciones, superposiciones y omisiones administrativas, que limitan las capacidades de funcionamiento del Estado. Ante ello, la propuesta de regionalizar el territorio provincial constituye, en un primer momento, un desafío organizacional y, en simultáneo, una oportunidad de acelerar los circuitos internos para garantizar a la ciudadanía el aumento en la accesibilidad a las distintas dependencias estatales.
Así, se nos permite innovar en el diseño de nuevas estrategias de gobernanza que consolidan, por un lado, las principales demandas nacidas en los territorios conforme al fortalecimiento en la legitimidad social e institucional y, por otro lado, el proceso dinámico de constante transformación desde una consecuente toma de decisiones surgida de las expresiones situadas en la particularidad territorial, para así reducir las brechas de desarrollo existentes
El Gobernador expresamente ha afirmado que, en esta etapa histórica que atraviesa la provincia, debemos ordenar para redistribuir. Ello es una definición política que consiste en dirigir inversiones, asistencias y acompañamientos hacia los sectores que han sido históricamente postergados. Significa orientar la inversión pública allí donde existe una necesidad mayor, una demanda legítima o una inequidad territorial injustificada.
Es por ello, que podemos enfatizar que el Plan Provincial de Regionalización busca desburocratizar las instancias de planificación y ejecución de los proyectos estratégicos, principalmente de obra pública, infraestructura vial, social, sanitaria, educativa y de cuidados; con el fin último y mayor de integrar las regiones que componen la provincia de forma equilibrada, sostenible y justa.
Es oportuno señalar que el Plan busca aportar a una mejor sistematización de la información, para poder realizar con mayor precisión, tanto los diagnósticos para el diseño de políticas, como para analizar su pertinencia en la implementación. Se considera que el análisis de datos cuantitativos, el estudio y la observación constante de indicadores sociodemográficos, económicos y productivos que muestran la potencialidad de una provincia como Neuquén respecto a la disponibilidad de recursos naturales y bienes comunes es clave para una gestión de gobierno.
A modo de ejemplo, podemos mencionar que desde COPADE se creó el Sistema de Información Regional que permitió relevar, elaborar, sistematizar y analizar la información cualitativa y cuantitativa vinculada al desarrollo provincial con enfoque regional. Ello se realiza a partir de fuentes auténticas, vinculada al desarrollo económico, dinámicas sociodemográficas (dinámica y estructura de la población, vivienda y saneamiento ambiental, salud, educación, trabajo, condiciones de vida, género, grupos poblacionales, cultura, ciencia y tecnología), aspectos institucionales, y priorización de demandas ante problemáticas regionales.
Durante el 2024, hemos logrado darle el marco político, jurídico e institucional que requiere la implementación de un modelo de gobernanza de este tipo. Ello no hubiera sido posible sin el respaldo de los Gobiernos Locales, con quienes recientemente se ha celebrado el segundo Pacto de Gobernanza “Consenso para un Neuquén Federal, Autónomo y Justo”.
La implementación del Plan es conducida estratégicamente desde el Ministerio de Jefatura de Gabinete e impacta en cada uno de los organismos de gobierno, quienes debemos adecuar nuestros objetivos, programas y proyectos al mismo. Además, resulta clave la figura del Delegado/a Regional quien reviste la responsabilidad de coordinar, monitorear y comunicar los procesos de constante transformación, incluyendo las demandas situadas, a escala local y territorial.
el proceso de regionalización obliga necesariamente a reformular las estructuras funcionales del gobierno y a trabajar de manera mancomunada entre la Provincia y los Gobiernos Locales, a fin de integrar verdaderamente las distintas regiones desde y hacia objetivos comunes, en clave regional, para dar solución a problemas locales, reducir las asimetrías de desarrollo y aprovechar las sinergias de la gobernanza multinivel en beneficio directo de quienes habitamos Neuquén”.
En este marco, las mesas políticas y técnicas realizadas en cada una de las regiones, junto con los gobiernos locales y sus delegados regionales, han permitido validar la hoja de ruta del Plan a escala regional, volcando los principales desafíos y demandas, para luego definir y ejecutar los proyectos estratégicos dinamizadores de cada región, nutriendo la agenda de obras, aprobadas en el Presupuesto Provincial 2025.
De este modo, queda cristalizado cómo el proceso de regionalización obliga necesariamente a reformular las estructuras funcionales del gobierno y a trabajar de manera mancomunada entre la Provincia y los Gobiernos Locales, a fin de integrar verdaderamente las distintas regiones desde y hacia objetivos comunes, en clave regional, para dar solución a problemas locales, reducir las asimetrías de desarrollo y aprovechar las sinergias de la gobernanza multinivel en beneficio directo de quienes habitamos Neuquén.
- Ana Inés Servidio- Subsecretaria del Consejo de Planificación y Acción para el Desarrollo – COPADE