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ENTREVISTAS

“La preservación del patrimonio es un rol del cual el Estado no debería correrse”

El Gobierno nacional oficializó la desregulación del turismo en los 39 parques nacionales del país. La medida fue publicada el miércoles en el Boletín Oficial en las resoluciones 61/2025 y 62/2025, que llevan la firma de  Cristian Larsen, presidente de Parques Nacionales, y del directorio del organismo. Argumentaron que con ellas buscan “facilitar la competencia y flexibilizar los requisitos para los prestadores de servicios turísticos” y entre las novedades, se elimina la obligatoriedad de contar con guías habilitados.

Carlos Espinosa

Carlos Espinosa es decano de la Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue (Unco) y presidente del Condet (Consejo de Decanos y Directores de Unidades Académicas relacionadas con la Enseñanza del Turismo). En diálogo con Intempestiva, Espinosa explicó que la desregulación del sector comenzó con la Ley Bases y advirtió que las consecuencias serán la pérdida de puestos laborales de guías turísticos, así como la degradación del patrimonio y la apropiación del territorio. 

“En ese territorio degradado, dentro de un tiempo va a ser mucho más fácil tomar otras decisiones que hoy con eso resguardado y convertido en un refugio de biodiversidad”, advirtió. 

–Con estas resoluciones se elimina la obligatoriedad de contar con guías habilitados. Esto le quita calidad a la actividad pero además le quita legitimidad al trabajo de las facultades de Turismo en general?

–Desde el Consejo de Decanos que actualmente presido nos venimos expresando en defensa de la profesionalización del sector en general. Venimos haciendo señalamientos en ese sentido porque desde la Ley Bases, cuando se trabajó derogando la ley de agencias de viajes, desapareció el tema del registro de idóneos, y se generó una primera situación con relación a los títulos de los licenciados que oficiaban como responsables de las agencias de viajes. Vos tenías que tener la firma de un licenciado o licenciada, que era como el aval técnico para llevar adelante las operaciones de la agencia. Una vez derogada la ley se dio de baja ese registro que finalmente lo termina operando la Federación Argentina de Agentes de Viajes y Turismo (Faevyt) generando una modificación importante porque en realidad el control del registro lo tuvo siempre el Estado. Esa fue una primera situación en relación a todas estas medidas desregulatorias. Lo de Parques se venía anunciando, lo habían largado en distintos eventos del sector y el disparador fuerte fue la conferencia de prensa del presidente de Parques, Cristian Larsen, el 13 o 14 de marzo en Santa Cruz. Ahí anunció que se iba a desregular la actividad con relación a los guías. En ese momento salieron un montón de comunicados de asociaciones, de grupos de guías, de representantes de la actividad turística. En el caso nuestro sacamos un comunicado junto con Colegios de profesionales y la Asociación Nacional de Estudiantes de Turismo, que lo tuvimos que consensuar. La situación en los parques nacionales es muy distinta en distintos lugares de Argentina. Una realidad es la de Calafate, otra la de Iguazú, por ejemplo. En el caso de Calafate hay alrededor de 300 familias que viven de la visita al parque nacional, en Iguazú deben ser alrededor de 400 o 450 familias, aproximadamente. Nosotros nos expresamos consensuando ese documento pero lo que vemos es que va más allá del rol del guía. Hay un avance grande sobre la actividad turística en áreas naturales protegidas.

–Además de la pérdida de puestos laborales, ¿qué impacto puede tener esto en los parques que son áreas protegidas y se deben preservar?

–Nosotros hacemos un planteo fuerte con relación al patrimonio natural y cultural de Argentina. Entendemos que además del trabajo de los guías, la preservación del patrimonio es un rol del cual el Estado no debería correrse y en caso que se corriera, que se permita que todas las universidades que forman parte del Condet, los colegios, la asociación de estudiantes de turnos, etc, desde la Ley Bases para acá la postura siempre fue ponernos a disposición con la convicción de que el diálogo y la posibilidad de acercar propuestas van a hacer que la cosa funciona mejor.

–Pero ustedes nunca fueron consultados.

–Para nada. Aún así después de haber anunciado las medidas y de que salieran las resoluciones, volvimos a reiterar nuestra vocación de diálogo. Hay mucha gente en las universidades y en los colegios que sabe muchísimo sobre estos temas que podría enriquecer esta propuesta, que simplifica demasiado. Leía un tuit de Sturzenegger hablando de todos los beneficios que va a traer la supuesta, comillas muy grandes, revolución que están llevando adelante. Nosotros nos pusimos firmes respecto del tema profesional porque las universidades forman para algo y ese rol profesional es soslayado con este tipo de cosas. Hoy los países justamente compiten por el talento humano y nosotros parece que vamos en el sentido contrario. Tenés a toda la gente formada, preparada, capacitada, y sin embargo la medida entre comillas revolucionaria es abrir el juego con la intención, como dijo el presidente de Parques, que haya más prestadores de servicio. Hay muchas opciones si querés tener más prestadores. En principio, como está planteado pareciera una apertura para múltiples prestadores de servicio y, de lo que recuerdo haber leído en la resolución sobre los requisitos para los guías, casi que con ser mayor de 18 años ya probar un par de cosas más estás habilitado.

–Larsen dijo que antes la oferta estaba limitada y monopolizada por algunos prestadores  y que había “inmensos escollos” para llevarla adelante. ¿Es así?

–Hay una cuestión que tiene que ver con la burocracia que la señalan todo el tiempo. Ahí nosotros hacemos hincapié en que la transformación digital, ese proceso en el que vos podés hacer distintas presentaciones para habilitarte como guía de parques en algunos pasos en una página web, no lo ven como un medio sino como un fin en sí mismo. El problema no está en el trámite, eso lo podés simplificar. El problema está en lo que genera la simplificación cuando está asociada a esa apertura del juego. El caso de la caminata sobre el glaciar lo ponen como ejemplo porque hay un único prestador. La realidad es que dentro de las áreas protegidas no deberías tener cientos de prestadores porque, justamente, se trata de tener un manejo sustentable del uso para poder proteger ese patrimonio y mantenerlo en el tiempo. Nosotros acá tenemos un equipo que trabaja en la zona de Colomichicó, en el norte neuquino, y tememos que esa apertura, en principio bastante indiscriminada porque los requisitos son muy bajos, genere la degradación de los recursos.

–Y que se vuelva una actividad más insegura, además.

–Sí. Hace poco falleció una turista en un ascenso en el cerro López, en Bariloche. Hace un par de días 19 turistas se perdieron en el norte argentino, si no me equivoco fue en Salta, porque ingresaron a una zona sin guía, sin avisar. La seguridad de los turistas es un tema fundamental en la prestación de los servicios. Y como cuestión secundaria a la integridad física está la calidad de la experiencia porque podés contratar a cualquiera, pueden ocurrir estafas.

–¿Ven una intención de beneficiar personas o negocios específicos con esta desregulación? 

–Es probable que haya intereses por abrir el juego para que haya otros prestadores pero una de las cuestiones interesantes, y vas a decir que me estoy yendo de tema pero no, es la apropiación del territorio y la degradación de nuestro territorio. Tomemos de vuelta el ejemplo de la gestión monopólica de los servicios en el glaciar. Supongamos que hay cincuenta prestadores. ¿Eso implica que va a bajar el precio? Ejemplos sobrados hay de que no necesariamente va a ser así.

–No me parece que te vayas de tema al mencionar la apropiación del territorio. Y se me vienen a la cabeza los incendios de los últimos meses en parques como el Lanín o Nahuel Huapi, donde se habló de una respuesta deficiente del Gobierno nacional para controlar o apagar el fuego en tierras que después son más fácilmente apropiadas.

–Ese es un tema que está sobrevolando y que para nosotros es una preocupación grande. La degradación del patrimonio, el uso del territorio y justamente la apropiación de ese territorio. En ese territorio degradado, dentro de un tiempo va a ser mucho más fácil tomar otras decisiones que hoy con eso resguardado y convertido en un refugio de biodiversidad. ¿Por qué no me puedo permitir pensar qué va a pasar con algunos lugares de la Patagonia con posterioridad? Hay un ataque furibundo sobre el tema de las regulaciones y en realidad la regulación lo que hace también es ordenar y permite tener ciertos estándares de manejo que ayudan a su vez al control. Hay una cuestión que tiene que ver con el paso del tiempo, con la degradación de los recursos, con el impacto de las actividades que indefectiblemente degradan ese recurso y que no contemplarlo como consecuencia de este tipo de medidas es ignorar una parte muy importante del análisis para la toma de decisiones.

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