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INFORME ESPECIAL

“Faltan oportunidades de crecimiento”

Carolina Magnalardo es una de las impulsoras del desarrollo del fútbol femenino en la región. Es la única periodista deportiva del país que cubrió los últimos cuatro mundiales de fútbol femenino, acreditada por FIFA: estuvo en Alemania 2011, Canadá 2015, Francia 2019 y Australia – Nueva Zelanda 2023. Fue también la primera comentarista de fútbol en la Lifune (Liga de Fútbol de Neuquén) y desde 2019 preside la Asociación de Fútbol Femenino de Neuquén y Río Negro, que fundó al calor del mundial de Francia y desde la cual se busca consolidar esta rama del fútbol que sigue estando muy en desventaja respecto de las ligas masculinas.

En diálogo con Intempestiva, sostuvo que “la semi profesionalización que se dio sólo en el ámbito de Buenos Aires no cambió en nada las condiciones del fútbol femenino en Neuquén ni en ninguna otra provincia”. Las jugadoras no cobran por jugar al fútbol y, en muchos casos, deben autogestionar sus propios recursos para poder jugar y participar en distintos torneos.

Señaló que en las divisiones formativas los equipos técnicos suelen estar encabezados por varones, aunque cada vez más mujeres y disidencias aparecen para ocupar esos espacios, y remarcó que en la mayoría de los clubes se hace lo mejor que se puede pese a la escasez de recursos y la falta de formación.

Magnalardo aseguró que en la región “vas a cualquier potrero y hay talento” y aclaró que falta “empezar a trabajar en los valores”. En ese sentido, mencionó algunas referentes surgidas de la región, como Martina Krotter, Myriam Mayorga, Ailín Franzante y Camila Parada, a quienes definió como “ejemplos” a seguir, porque “además de tener talento son pibas con valores”. 

– Teniendo en cuenta el crecimiento del fútbol femenino a nivel nacional en los últimos años, ¿cuál es la situación en la provincia? ¿Cambió algo a partir de la profesionalización? ¿Hay jugadoras en Neuquén que cobren por jugar?

-La semi profesionalización que se dio sólo en el ámbito de Buenos Aires no cambió en nada las condiciones del fútbol femenino en Neuquén ni en ninguna otra provincia. No hay clubes que les paguen a sus jugadoras por jugar. De hecho, las jugadoras de Primera de cualquier club, generalmente, tienen que vender pollos y hacer rifas para juntar plata para pagarse el transporte. En las divisiones de los varones, ese aporte sale directamente del club. Son montos elevados y siempre el fútbol femenino busca sus propios recursos, independientemente de que el club quiera trabajar bien. Hay clubes que lo trabajan muy bien, que con pocos recursos tratan de hacer lo mejor posible. Hay dirigentes que apoyan mucho, pero siempre el femenino es como que se tiene que buscar sus propios recursos. Si bien hubo una explosión bastante importante de jugadoras de Neuquén y de Río Negro que juegan en Buenos Aires, son poquitos los casos de jugadoras que cobran. Por ahí logran tener el alojamiento, pero después hay un montón de gastos que los banca la familia. Ir a probarse, muchas veces, son gastos que afronta la familia.

¿Los clubes tienen divisiones formativas?

-Todos los clubes no tienen formativas. Lo que sí pueden tener son el femenino, que es el que se le exige en Lifune. Los clubes que integran la Lifune están obligados a tener la Primera de Femenino. Eso hizo que muchos que no tenían empezaran a trabajar en las formativas, mientras que otros que ya lo tenían lo siguieron aumentando y tienen distintas categorías. Algunos tienen niñas pequeñitas, pre adolescentes y adolescentes. 

– ¿Cómo se trabaja en Neuquén con esas divisiones? 

-En las formativas debería trabajarse con una planificación, pero no todos lo hacen así. Algunos no tienen elementos. En esto hay que diferenciar que hay muchas personas que tienen muy buena voluntad, que tienen ganas, que a veces cobran un sueldo de porquería en los clubes o cobran tarde. A nosotras nos ha pasado que, como Asociación, nos piden elementos deportivos y nosotras somos una Asociación Civil nada más, sin fines de lucro, con ingresos propios, que generamos de nuestro bolsillo. Los clubes, que deberían gestionar a otro nivel, nos piden a veces a nosotras. Les hemos dado a algunos clubes algunas pelotas, cosas mínimas. 

Lo más importante es empezar a trabajar en los valores. Acá vas a cualquier potrero y hay talento. O sea, se puede perfeccionar la pegada, la táctica. Pero lo importante, y la gran falencia, son los valores. Ese es nuestro punto más débil. El feminismo nos ha enseñado a luchar por objetivos comunes. Acá, en el Alto Valle, vemos que si a una compañera en el club donde está no le cubre el seguro saltan sus propias compañeras, pero las de otros clubes no se involucran. Es muy difícil eso. O la violencia, que crece cada día. Hay que trabajar los valores y para eso hay que trabajar también en las capacitaciones dirigenciales. Hay muchos dirigentes con muchas ganas, muy predispuestos y muy buenas personas, pero a veces no tienen las herramientas para llevar adelante eso. Y hay otros que les bajan a las pibas la idea de la competencia y ganar a cualquier precio. El otro no es un rival al que hay que destruir, el otro es un rival al momento del partido y después estamos todas en la misma, luchando por lo mismo.

– ¿Siguen siendo varones quienes mayormente entrenan a las chicas?

-Cada vez hay más mujeres y disidencias a cargo de los planteles femeninos, pero, generalmente, pasa como con la dirigencia: la mayoría de los presidentes de clubes son varones. Hay más varones que mujeres y disidencias a cargo de los planteles, aunque cada vez se van viendo cambios. A veces hay mujeres en los cuerpos técnicos, pero tienen un lugar relegado. También hay algunas mujeres que se han recibido de DT y llegan a estar a cargo de un plantel, como el caso de Valeria Grondona, en San Martín de Cipolletti, que es emblemático porque ella es entrenadora hace muchos años y ha ganado todo con distintos clubes.

¿Quién fue Débora Alvarado?

Este año, el torneo femenino de la Liga de la Confluencia llevará el nombre de Débora Alvarado. Débora fue una mujer que luchó por el fútbol femenino en Villa Regina y en toda la provincia de Río Negro. Carolina Magnalardo contó que se conocieron en el último tiempo de su vida (murió en noviembre de 2020) y que concurrió a la primera reunión que hicieron de la Asociación. “Era un viernes a la noche y ella se vino desde Villa Regina a participar. Intentamos hacer muchas cosas, ella siempre tiraba ideas, estaba predispuesta. Desde la Asociación tenemos palabras de agradecimiento porque siempre mandaba un mensaje, trataba de colaborar, de ver en qué estábamos”, dijo. Por eso es que este año, el torneo tendrá su nombre, en lo que es un merecido homenaje.

 

–  ¿Hay jugadoras de Neuquén que tengan proyección nacional, que se hayan ido o despierten interés de otros clubes más grandes o de otras ciudades?

Acá hay mucho talento innato, así que hay jugadoras que han podido pegar el salto. Martina Krotter (Cipolletti) es arquera de River y Myriam Mayorga (Bariloche) es la gran representante de Neuquén y Río Negro, es capitana de Boca y tiene dos mundiales encima con la Selección Argentina. Hay varias jugadoras de Neuquén que se han ido ahora a Buenos Aires y que están probando. Tenemos jugadoras en Excursionistas, en Platense… Por suerte hay en varios clubes. El caso neuquino más emblemático, para mí, es el de Ailín Franzante, la primera neuquina que jugó al fútbol de manera profesional. Le pagaron para que juegue, cuando comenzó en Gimnasia (estuvo también en Estudiantes). Su talento la llevó a que hoy esté jugando en Polonia -antes estuvo jugando un tiempo en Estados Unidos. Pavada de referente. Otro caso es el de Cami Parada, que salió de Plottier directo a Estados Unidos y que hoy está jugando en la Liga Universitaria. Hay mucha proyección, lo que pasa es que no las vienen a buscar como les pasa a los varones, que también la pelean, pero por ahí les ponen otras condiciones, los ayudan más. Hay casos muy lindos; las pibas son ejemplos. Estos casos que te nombré, además de que tienen talento, son pibas con valores y está muy bueno que sean nuestras referentes. 

– ¿Cuál es la perspectiva de crecimiento que le ves al fútbol femenino en la región y qué cosas faltan?

Falta mucha capacitación, mucho compromiso, mucha inversión. El talento está, lo que pasa es que faltan oportunidades de crecimiento. Hay que lograr también que los clubes aprendan cómo gestionar, cómo generar mayores ingresos, que las familias se involucren en los clubes. Las mujeres se tienen que comprometer, hay que enseñarles a comprometerse, por eso digo esto de que el feminismo nos ha enseñado y que no lo sabemos aplicar en el fútbol femenino. Hay que entender que cuando una es parte de un club, es parte de la imagen de ese club. Si una quiere hacer una carrera, estar federada en un club y demás, eso implica responsabilidad. Muchas veces peleamos por nuestros derechos -que está muy bien que lo hagamos-, pero al mismo tiempo nos olvidamos de las obligaciones y eso por supuesto que genera un quiebre entre la dirigencia y las jugadoras. 

 

Qué es la Asociación, quiénes la integran, cuáles son sus objetivos

Es un espacio abierto para las personas que quieran sumarse al desarrollo del fútbol femenino. No es que sólo somos jugadoras, entrenadoras o dirigentes. Hay gente que se suma ahora, hay gente que se sumó antes y hay gente que se va a sumar más adelante. Su impulsora comentó que se trabaja para ayudar a desarrollar el fútbol femenino “con los valores que creemos son los que hay que impulsar”. Se generan capacitaciones gratuitas, tratan de orientar a los clubes en la medida en que se lo permiten o las convocan. “Hemos generado el único protocolo en la región de acción institucional en contra de las violencias y las discriminaciones, que lo creamos junto con Abofem (Asociación de Abogadas Feministas) y la psicóloga Vanina Paschetta. Es un elemento maravilloso, porque no sólo es aplicable al fútbol femenino sino que nos llevó un año hacerlo”, explicó y agregó que lo hicieron de tal manera que ese protocolo se puede aplicar a un municipio, a una empresa, a cualquier otro equipo deportivo. “Han hecho un gran trabajo las compañeras y esa es una herramienta que hemos puesto a disposición”, indicó. También brindaron capacitaciones en Neuquén y en Río Negro, generaron ingresos para clubes y equipos de barrio y gestionaron elementos deportivos. Mucho de eso sale del bolsillo de ellas mismas. “Hemos tenido, en años anteriores, un gran aporte del Gobierno Provincial y ahora se sumó un grupo de jóvenes, muy jóvenes, y personalmente estoy muy contenta porque no todas juegan al fútbol, pero están estudiando en primer año de la universidad, y en definitiva, estos espacios son para que ellas, ellos y elles los ocupen; para que mujeres, varones y disidencias, todos juntos, trabajemos para el desarrollo del fútbol femenino”, cerró Magnalardo.

 

 

 

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