“Bronca”, “tristeza”, “decepción”, “impotencia”, desazón”, fueron algunas de las palabras con las que los y las estudiantes de Neuquén y Río Negro describieron sus sensaciones después de la votación de los Diputados con la que ratificaron el veto a la Ley de Financiamiento Universitario. Sin embargo, también hablaron de “unidad” y “organización”, palabras que llevaron a la acción con un plan de lucha frente a las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei.
Amira Berguia es estudiante de Ingeniería Eléctrica en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), en Neuquén. Desde que ingresó, hace siete años, logró acceder a distintas becas para poder afrontar sus estudios. Hoy, aunque trabaja y estudia, la situación no le es ajena. “Lo que se siente es una enorme frustración y tristeza, porque uno como estudiante ve cómo está la universidad por la falta de presupuesto. Se escucha preocupados a los profesores y te das cuenta que está en riesgo la universidad, que estás en riesgo vos porque tus posibilidades están siendo atacadas”, expresó.
Aseguró que sintió “mucha indignación” cuando Diputados ratificó el veto porque, pese a que fue la lucha estudiantil la que logró que se aprobara la Ley de Financiamiento Universitario, “fue silenciada una vez más” por el Gobierno nacional.
“Sentí desazón, mucha incertidumbre”. Para Rocío Delarriva, estudiante de abogacía y consejera superior de la UNCo, el veto marcó un punto de quiebre con los representantes, luego “de un año de construir una fuerza, construir una unidad”. Pese a eso, el Ejecutivo, con el aval del Poder Legislativo, continúa tomando “decisiones que van destruyendo y deteriorando el sistema científico y tecnológico de la universidad”.
“Hay algo que se rompió cuando se vetó la ley y es que se pone en duda o se cuestiona la legitimidad de una de las instituciones más duraderas y gloriosas, por decirlo de una forma”, aseguró y enfatizó: “La universidad no tiene que demostrarle nada a nadie. La universidad es mucho más importante que ir a formarse. Significa la democratización del conocimiento, significa independencia, soberanía”.
Malena Rolón es estudiante de Comunicación y vicepresidenta del Centro de Estudiante de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Fadecs) de la UNCo, con sede en General Roca- Fiske Menuco. Se enteró de la ratificación del veto cuando estaba trabajando. “Sentí mucha angustia realmente. El sentir que muchas personas, digamos los diputados, avasallaban tus derechos en el Congreso”, contó.
Sin embargo, señaló que la “reconfortó” el saber que los estudiantes están organizados. “Pudimos rápidamente buscar un plan de acción, un plan de lucha frente a esta situación y frente a un gobierno que quiere desmantelar la universidad pública. Podemos decirle que no al veto y podemos enfrentarlo”, remarcó.
Su compañera, la presidenta de la Fadecs, Aitiana Tebes, señaló que la salida es “transformar esa bronca en organización”.
Carola Galech, la presidenta del Centro de Estudiantes de la Sede Atlántica de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), expresó su indignación por la decisión de acompañar el veto por parte de Diputados, incluso de la región, que se han graduado de la universidad pública. “Lo que yo sentí fue mucha impotencia, dolor, bronca, enojo, angustia”, afirmó y remarcó: “Hay que empezar a militar, a moverse, a mostrarse, hay que empezar a aparecer, a decir ‘no, con esto no’”.
La presidenta del Centro de Humanidades de la UNCo, con sede en Neuquén, Florencia Beltrán, se encontró con varias “sensaciones contradictorias”. “Por un lado, no fue una sorpresa. Ya venimos viendo cómo actúa este gobierno, lo que viene anunciando y cuáles son sus objetivos, pero no deja de dar muchísima bronca”, resaltó.
Sin embargo, sostuvo que “esa bronca ya está conociendo un límite y está activando un movimiento estudiantil con mucha fuerza para la resistencia y con la convicción de que se puede tirar abajo este plan de ajuste”.
Joaquín Berrud, presidente de la Federación Universitaria de la Universidad Nacional del Comahue, tampoco “esperaba mucho” de los mismos diputados que semanas atrás habían ratificado el veto a la movilidad jubilatoria. “Pero la verdad es que de todas maneras no deja de brotar cierta decepción o encono. Creo que el sentimiento de enojo fue generalizado. Todas las facultades, todos los centros de estudiantes se convulsionaron y salieron a organizarse para redoblar los esfuerzos de cara a lo que se viene”, destacó.
Tomas, paro docente y movilizaciones
El miércoles 9 de octubre la Cámara de Diputados de la Nación ratificó el veto a la Ley de Financiamiento Universitario. El diputado por Neuquén de la Unión Cívica Radical, Pablo Cervi; la diputada por Neuquén, Nadia Márquez; el diputado por Río Negro de Juntos por el Cambio, Aníbal Tortoriello y la diputada por Río Negro de La Libertad Avanza, Lorena Villaverde, respaldaron con su voto la medida del presidente Mieli.
Ni bien culminó la sesión, el movimiento estudiantil organizó asambleas y dispuso tomas en universidades de todo el país. En la región, la primera toma se dio en la sede de Viedma de la UNCo. En la misma localidad, en la UNRN, replicaron la iniciativa con una vigilia ese mismo miércoles 9, por la noche. Al día siguiente, el jueves 10, marcharon hacia el puente viejo de Viedma e hicieron una volanteada para informar a la comunidad.
Además, casi de inmediato, el Frente Sindical de Universidades Nacionales convocó a un paro total para este jueves y llamó a consolidar “el plan de lucha en defensa del salario y el presupuesto universitario”.
Ese jueves hubo protestas y clases abiertas en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y la Facultad de Lenguas de la Unco, en Roca, y una de las medidas más contundentes se dio en Cipolletti: estudiantes se manifestaron frente a la casa del diputado Tortoriello, en repudio a su voto.
A una semana del veto, la lucha estudiantil se fortalece con un plan de lucha sostenido y distintas actividades de acá al miércoles que viene.
Este lunes, tras una asamblea, estudiantes decidieron tomar el rectorado en la sede central de la Universidad del Comahue, en Neuquén. La presidenta del Centro de Humanidades (CEHuma) de la UNCo, Florencia Beltrán, indicó que, pese a que en un principio la medida era por 24 horas, hasta el martes, definieron extenderla 12 horas más, para partir en unidad a la sesión del Consejo Superior que se desarrollará este miércoles en Cipolletti.
“Vamos a acompañar a nuestros compañeros consejeros estudiantiles para exigirles en la cara a las autoridades que estén a la cabeza de esta pelea. Son ellos quienes tienen que volver a organizar una gran marcha estudiantil, una marcha federal como mostramos el 23 de abril y el 2 de octubre”, remarcó y enfatizó: “Tenemos una fuerza impresionante”.
El presidente de la Federación Universitaria, Joaquín Berrud, agregó que se movilizarán desde la universidad hasta el centro de Cipolletti para realizar la sesión a la vista de toda la comunidad.
Este jueves 17 habrá paro por 24 horas, el viernes se prevén actividades de visibilización y el lunes también preparan una jornada de lucha.
¿Se viene la tercera?
En el Consejo Superior de este miércoles se decidirán los pasos a seguir, pero una de las ideas que cobra fuerza es concretar una nueva marcha federal el miércoles 23 de octubre, tal como ocurrió en abril y a principios de este mes.
La presidenta del Centro de la Fadecs, Aitiana Tebes, señaló que, si bien es una iniciativa de la UNCo, esperan que se extienda al resto de las universidades para que sienta con fuerza en todo el país. Berrud agregó que existe la posibilidad de que un grupo de estudiantes viaje a la Ciudad de Buenos Aires para una gran movilización frente al Congreso.
La marcha es la medida con más consenso, ya que no todas las conducciones están de acuerdo con las tomas de sedes. “Son una medida de protesta que visibiliza el conflicto, pero que se tienen que hacer de forma organizada y con el mayor consenso posible hacia dentro del estudiantado”, señaló Tebes. Agregó que las clases abiertas pueden ser una alternativa más fructífera, porque motivan la participación y permiten el desarrollo de la vida académica.
“Nuestra postura es que cualquier acción que pensemos la pensemos siempre con las puertas abiertas para que pueda entrar toda la comunidad, que no quede nadie afuera, pensando también en sacar clases a la calle, que haya clases públicas, pero no impidiéndole el paso a los claustros, ni a los estudiantes, ni negando la posibilidad de que cursen. Creemos que es hacerle el juego al gobierno nacional que quieren vaciar la universidad”, afirmó Berrud.
Así, pese a las diferencias que puedan existir, el foco está puesto en la unidad de los y las estudiantes de la región, no sólo de la UNCo, la UNRN y el IUPA, además de docentes y no docentes.
“Queremos que se sumen a defender la universidad pública que es el futuro del país, el futuro de cada uno. Si es necesario, vamos a salir a las calles, vamos a cortar las calles, los puentes y a demostrar que con la universidad no damos marcha atrás”, aseguró la presidenta del Centro de Estudiantes de la Sede Atlántica de la UNRN, Carola Galech.
Berrud invitó a sumarse a los sectores que han sido atacados por las políticas de Milei. “Los jubilados, los que están alquilando. Si logramos sumar sectores a la lucha, va a ser muy beneficioso para todos y todas. Creo que en eso la universidad tiene un rol muy importante. La marcha (del 2 de octubre) fue muy concurrida. Tiene un nivel de organización la universidad que otros sectores quizá no. Hay que abrir el juego y denunciar que el problema no es solo con la universidad, que es un modelo de país que nos está ahogando a todos”, enfatizó.
Beltrán insistió en que se involucren los sindicatos. “Si la CGT se involucrara, por ejemplo, y sacara un paro nacional para nosotros sería muy importante. Demostraría una potencialidad de una unidad que creemos que puede llegar a frenarle la mano al gobierno. Le daría muchísima fuerza a nuestra pelea”, recalcó.
Frente al discurso que intenta imponer el Gobierno sobre que las personas que asisten a la universidad “son todos hijos de ricos”, Tebes respondió: “Es una burrada, otra mentira para deslegitimar la lucha y deslegitimar todos los fundamentos que tenemos para apoyar a la universidad. La universidad forma a los hijos de la clase trabajadora y le da oportunidades a chicos, chicas, jóvenes o gente de todas las edades que se quieren formar. Es una igualadora de oportunidades”.