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“El Gobierno nos eligió como enemigos y se equivocó”

Beatriz Gentile es la rectora de la Universidad Nacional del Comahue y desde hace algunos días su teléfono no deja de recibir pedidos de entrevistas de medios de todo el país. Su defensa de las universidades públicas en el último plenario de rectores y rectoras del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) perforó el compacto discurso oficial sobre el “curro” de las universidades y condensó un sentir que se expresó días después en la potente marcha federal del 23 de abril, donde la sociedad se “abroqueló” en torno a la defensa de un bien común.

“El Gobierno nos eligió como enemigos y se equivocó. Con los demás, le venía no sé si saliendo bien, pero al menos dividía a la sociedad. Acá no, acá la abroqueló. Y es cierto, las defienden los territorios y es transversal a cualquier ideología y a cualquier identidad”, dijo días después a Intempestiva, en una entrevista telefónica.

Durante el 91º plenario del CIN, Gentile cruzó al subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, y los chispazos de su intervención se esparcieron como pólvora. El funcionario había dicho que la Argentina hasta el 10 de diciembre “no era Disney”, porque en las universidades había “abusos” cometidos por “cierta estructura burocrática que las controla”. La historiadora respondió que, si bien no era Disney, “en ese país las fuerzas de seguridad no entraban a desalojar trabajadores de las oficinas públicas”. 

El día de la marcha, en un escenario montado junto al monumento al General San Martín, les habló a las 25 mil personas: “Atacan a la universidad pública porque en la universidad hay resistencia al pensamiento único. En la universidad nosotros validamos el conocimiento científico. Claro que cualquier idea terraplanista, anticiencia, hasta aquellos que pueden hablar con perros, en la universidad sólo serían un meme. Ese es el problema que tienen con la universidad”, expresó. La multitud la vitoreó.

Para Gentile, esa marcha que movilizó a un millón de personas en todo el país “fue un límite para el Gobierno nacional” porque “con algunos temas hay dudas, por eso la sociedad puede más o menos sostener algunas cosas y otras no, o decir ‘bueno, hay que esperar’. Pero acá no. Acá no se puede esperar ni se puede dejar avanzar”.

Sobre la dirigencia política y la falta de quórum en Diputados para tratar el presupuesto universitario, cuestionó que “priorizaron su mirada sectaria sobre el momento político que estamos viviendo”. Sobre la dirigencia estudiantil, sostuvo que “la propia experiencia de la movilización estudiantil es la que genera una teoría y una práctica de transformación. Creo que eso les va a pasar pero habrá que ver cuál es la dinámica que construyen”.

-¿Qué significado tuvo para vos la amplia convocatoria que tuvo en todo el país la marcha del 23 de abril en defensa de la universidad pública?

-Creo que además de lo potente, y que superó las expectativas que teníamos los rectores y gran parte de la comunidad universitaria, fue la ratificación de lo que nosotros decimos que la universidad es. Digamos, es una aspiración que tiene la sociedad argentina y además que le cree. Goza de una credibilidad porque es posible. O sea, no es algo que es una promesa del mañana que hay que ver qué pasa. La universidad realmente, el estudio y la posibilidad de crecer y desarrollarse, está empíricamente acreditada. Así que me parece que eso quedó ratificado por el abrazo de la sociedad. Fue muy emotivo. La gente nos esperaba en las esquinas, nos abrazaba, quería sacarse fotos… Uno dice “¿qué pasó?”. Y al mismo tiempo, me parece que fue un límite para el Gobierno nacional. Más allá de que ellos lo puedan leer así o no, yo creo que fue un límite en que la sociedad le dijo “estamos perdiendo muchas cosas”. Con algunos temas hay dudas, por eso la sociedad puede más o menos sostener algunas cosas y otras no, o decir “bueno hay que esperar”. Pero acá no. Acá no se puede esperar ni se puede dejar avanzar. Me parece que eso fue lo que le dijo. Podés con las tarifas, podés con el transporte. Pero con la universidad, no. Eso fue el millón de personas en la calle. 

-Pablo Semán y Nicolás Welschinger publicaron un artículo después de la marcha donde afirmaron que “a las universidades las defienden sus territorios”. ¿Eso es lo que no midió el Gobierno?

-Sí, creo que el Gobierno nos eligió como enemigos y se equivocó. Con los demás le venía, no sé si saliendo bien, pero al menos dividía a la sociedad. Acá no, acá la abroqueló. Y es cierto, las defienden los territorios y es transversal a cualquier ideología y a cualquier identidad. Eso fue lo que quedó en la mirada de esta marcha.

 -El Gobierno también cuestionó que la marcha había sido politizada. ¿Es posible que no lo sea, una marcha de estas características?

-(Risas) No, obviamente, porque todo conflicto o todo reclamo es político. El que politiza claramente esto es el Gobierno cuando el presidente dice que en las universidades se adoctrina y que él preferiría universidades donde sólo se den la doctrina o el tema teórico que él sostiene. Lo que ellos quieren mostrar es que hay un actor desprestigiado, que ellos entienden que es la política; si ponemos la política, el desprestigio de la política le cae a la universidad. Bueno, la operatoria fue un fracaso. Le salió mal porque además es burda, es pobre. Me parece que trata al pueblo argentino, a veces, como si fuera un niño o, no sé, siguen en esa realidad virtual. Acá lo que se encontró es que hay padres, abuelos, que tienen sus hijos, sus nietos, sus hermanos, en la universidad y que, por más que las redes digan cualquier cosa, lo están palpando todos los días. Entonces me parece que realidad mata tuit, en ese sentido. 

-El miércoles pasado los diputados nacionales tenían la posibilidad de hacer una sesión especial para tratar el presupuesto universitario, pero no hubo quórum. ¿Hay un doble discurso en la dirigencia respecto de la defensa de las universidades?

-Creo que es legítima la defensa de la universidad que hacen parte de los que estuvieron. Lo que todavía no pueden ver es que sus intereses más pequeños, de grupos dentro de la política, estén por debajo de intereses generales. Me parece que lo que no pudieron ver, porque las excusas son “no le íbamos a hacer el juego a Unión por la Patria” o “no queremos hacerle el juego a este otro”, bueno, priorizaron su mirada sectaria sobre el momento político que estamos viviendo. Ellos partidizan cualquier cuestión y entonces hay que discutir universidad, jubilaciones o temas que nos involucran a todos, y lo que primero aparece es el conflicto interno dentro de identidades políticas en el Congreso. Eso es lo que yo veo mal. No invalida que el reclamo que ellos dicen de la universidad sea legítimo. Lo que pasa es que siguen priorizando su oficio de político dentro del Congreso antes que correrse y resolver una cuestión que me parece es transversal. 

-¿Crees que en la marcha del 23 empezó a forjarse una dirigencia estudiantil que a futuro puede ser capaz de encontrarle una salida hacia adelante a la crisis actual?

-Es muy difícil decir que hay una nueva dirigencia estudiantil. Sí creo que hay un estudiantado que se moviliza por temas que le son propios, que evidentemente la posibilidad de no estudiar les tocó la fibra más importante, que tiene que ver con su futuro. Y que eso es un tema que no necesariamente se lee desde una lectura de proyecto de país. Hasta acá no hay una lectura general, hay una lectura de mi mundo o yo y mis circunstancias, y me parece que la universidad hace un poco eso. Pero la conciencia social no es antes, la conciencia social se construye precisamente en la propia práctica, y a mí me parece que lo que sí ha habido ahora es una práctica de defensa de intereses propios y la educación pública es algo que tiene que ver con estar en la calle en defensa propia. Si esto va a dar una nueva dirigencia, no lo sé. Por ahora es un episodio, vamos a ver de aquí en adelante. El movimiento estudiantil es el único que le puede dar al movimiento estudiantil una estrategia. No se la va a dar ni un dirigente político ni los rectores ni las cátedras. La propia experiencia de la movilización estudiantil es la que genera una teoría y una práctica de transformación. Creo que eso les va a pasar, pero habrá que ver cuál es la dinámica que construyen.

1 Comment

  • Liliana mayo 2, 2024

    Su solidez intelectual y su práctica profesional son irrebatibles . Tu coherencia al servicio del bien común.
    Que linda sensación al leerte y oírte. Felicitaciones y gracias por tu valor!

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