Javier Milei presentó ayer el Presupuesto 2025 en un Congreso semi vacío y sin dar los números de recaudación, gasto, inflación, entre otras variables que prevé para el año que viene. En 50 minutos, el presidente reforzó su desprecio por las instituciones –usó el bastón presidencial como un bastón para caminar- y los lineamientos de su Gobierno e intentó polemizar con la oposición esgrimiendo ataques a los jefes de bloque opositores, mientras lo vitoreaban sus aplaudidores de siempre.
En su alocución apeló a una forma habitual que emplea para ocultar información, que es usar frases rebuscadas que den la sensación que esconden un conocimiento profundo, indescifrable para el ciudadano común. Dijo: “La primera premisa de la que partimos es que el superávit primario tiene que equivaler o exceder obligatoriamente al monto de los intereses de deuda a pagar de modo que si el superávit primario es el resultado de netear los ingresos con los gastos corrientes y de capital, el gasto primario tendrá que ser igual o menor a los ingresos menos el superávit primario. Es decir, el nivel de gasto a erogar estará condicionado por el nivel de superávit primario a conseguir, que a su vez estará condicionado por los ingresos observados netos del monto de intereses a pagar por la deuda”.
Traducimos: la única prioridad será pagarle al FMI y mantener el déficit cero, cueste lo que cueste. En ese sentido, aseguró que vetará todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal –como ya hizo con la movilidad jubilatoria- y que las provincias deberán hacer un ajuste adicional de 60 mil millones de dólares, algo que ya puso en alerta hasta a los gobernadores aliados.
¿Por qué Milei no informó las cifras? ¿Acaso no las tenía? Por supuesto que sí. De hecho, minutos después de terminar su discurso, circularon entre los periodistas que siguen temas de economía: inflación de 18% para 2025; IPC de este año de 123%; dólar oficial a $1019,9 en 2024 (¡más bajo que su cotización actual!) y $1207 a finales de 2025, con un crecimiento del 5% del Producto Bruto Interno para 2025. La inverosimilitud de los cálculos, probablemente, sea el motivo de su ocultamiento.
