El neuquino Pablo Cervi fue uno de los cinco diputados nacionales del radicalismo que habían sumado con su voto los dos tercios necesarios para convertir en ley la reforma jubilatoria y que, al momento de rechazar el veto presidencial al proyecto que había sido presentado por su propio partido, cambió su voto. Mientras a nivel nacional estalló la interna, en el radicalismo neuquino lamentan que ponga a todo el partido “bajo sospecha” y lo acusan de “transfuguismo político”.
El vuelco de Cervi, justificado en que se dio cuenta que la fórmula -que tiene un impacto fiscal del 0,44 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI)- “atentaba contra las cuentas del Estado”, fue una puñalada artera para varios dirigentes del radicalismo neuquino, quienes se sienten dolidos y decepcionados. Aunque evitan hablar de traición, admiten que la actitud es contradictoria con uno de los principios básicos que tiene el partido, que es estar del lado de los débiles, en este caso, de los jubilados. Además, consideran que la movilidad jubilatoria está establecida en la constitución nacional y debe respetarse.
El presidente del Comité provincial, Luis Pusterla, analizó que “nosotros entendemos que había y hay que hacer un ajuste, pero la discusión es quién lo paga y durante cuánto tiempo. Acá se nos había dicho que sólo iba a pagar la casta. Entendemos que si bien era un slogan de campaña, desde hace 10 meses sobre todo los pasivos están pagando ese ajuste”.
En diálogo con Intempestiva, explicó que a Cervi “se lo instó a que mantenga el voto, cosa que no pasó” y agregó que “seguramente cuando se sacó la foto eso ya estaba cocinado (el cambio en el sentido de su voto). Después, qué se charló en esa reunión, no tengo idea”.
Sostuvo que dentro de la UCR neuquina “hay opiniones de todo tipo” e indicó que “entiendo que a los que son más orgánicos no les gusta esta actitud de votar en contra de un proyecto del partido y que además quedes en el medio de un torbellino, de alguna manera, gratuitamente, porque cuesta ganar confianza y, en un abrir y cerrar de ojos, se puede quedar bajo sospecha. Yo no abono esas teorías pero no es una situación en la que a uno le gusta que esté el partido”.
Antes de la votación, la UCR Neuquén emitió un comunicado en el que advertía que, de votar en contra el veto a la movilidad jubilatoria, su comportamiento sería analizado por el Tribunal de Conducta del Comité provincial -lo que equivale al Tribunal de Ética del Comité nacional-. Pero aún no avanzaron en ese sentido porque, según argumentó Pusterla, convocar a los miembros implica pasos burocráticos y no es algo que se haga de un día para el otro.
Sí avanzó la mesa directiva de la Convención Nacional de la UCR, que el lunes suspendió la afiliación partidaria a Cervi y a otros tres integrantes del bloque que también cambiaron su voto: Mariano Campero, Martín Arjol y Luis Picat. En tanto, el quinto diputado transfuga, José Federico Tournier, no fue suspendido porque no estaba afiliado al partido. Todos fueron invitados al agasajo en la Quinta de Olivos, donde Milei convidó asado a los “87 héroes” que lo acompañaron en el veto. Cervi no concurrió porque a la misma hora había programada una reunión del bloque para solucionar “cuestiones internas”.
Juan Peláez, actual Secretario Producción e Industria de la provincia de Neuquén, fue titular del Comité provincial hasta su reemplazo por Pusterla. Actualmente figura como Primer Delegado del Comité Nacional de la UCR y opinó que el cambio de postura de Cervi “genera mucho descreimiento”. En declaraciones radiales, dijo que “suena mucho a transfuguismo político” y fue lapidario al recordar que “lo habíamos incorporado al partido con ciertas esperanzas y al tiempo las esperanzas se diluyeron, se convirtió en una decepción y la verdad es que para mí hace rato ya que es un motivo de vergüenza más que otra cosa”.
El dirigente César Gass fue quien convocó a Cervi a sumarse al radicalismo y ahora se siente afectado por la situación. Consultado por Intempestiva, dijo que a todo esto “lo transito con mucho dolor porque no podés pensar que cualquier suma o resta, que cualquier cálculo de incidencia en el superávit o déficit fiscal se puede hacer sobre la base de complicarle la vida a los jubilados”.
Agregó que uno puede tener distintas miradas sobre otros temas como la Ley Bases, el RIGI, entre otros, “pero esto es una cosa de una sensibilidad tremenda donde hay millones de jubilados que realmente están condenados con esto”.
“Me duele muchísimo porque trabajamos mucho con Cervi en cuestiones fundamentales que hacían a la provincia y que llegó a que hagamos presentaciones en la Corte Suprema por el caso de las represas y otros proyectos que inclusive iban contra el Gobierno nacional; que no eran una política en sí misma pero que afectaban al Gobierno nacional en sus postulados o en sus proyectos”, dijo.
Gass contó que habló con Cervi el jueves luego de la votación, ocasión en la que le advirtió “que iba a expresar públicamente mi desacuerdo, mi desagrado y mi dolor”. “Yo estuve hasta la mañana del martes compartiendo un aniversario de Shell en Buenos Aires y él se iba a una reunión. Yo le expliqué que había que tener cuidado de cómo se votaba porque de algunos lados no se vuelve. Después no tuve comunicación y veo en los diarios la foto que me resultó patética”, dijo en referencia a la selfie con los otros diputados del radicalismo y Milei, luego de la reunión en la que se cocinó el apoyo al presidente.
El diputado provincial consideró que, antes que pensar en sanciones a Cervi, “hay que preguntarle si se siente dentro del bloque” y se enfocó en que “al partido hay que organizarlo” porque “el partido no está funcionando como un partido verdaderamente organizado; habrá que juntar todas las partes del radicalismo para ver si consensuamos una marcha común”.
Amplió que “hay una crisis y hay que ver cómo se recompone con los que quieran seguir dentro del partido, agrandarlo y ver qué alianza se hace”, pero matizó el presente al afirmar que “crisis vivimos periódicamente, (…) lo importante es que si mantenés los principios todo se puede recomponer”.
Estalló la interna
La mesa directiva de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR), presidida por Gastón Manes, se reunió el lunes en un encuentro virtual donde resolvió suspender la afiliación partidaria de los cuatro diputados díscolos que acompañaron el veto presidencial a la ley de movilidad jubilatoria, hasta tanto tome una decisión definitiva el Comité de Ética.
En un comunicado, argumentaron que la conducta de los diputados lesiona la dignidad del partido y esto activó la interna. El primero en salir al cruce fue Rodrigo de Loredo, presidente del bloque en la Cámara de Diputados, quien sostuvo que la decisión es “inédita, de una gran irresponsabilidad y parcialidad selectiva” porque “no es la primera vez que miembros del Bloque votan de manera diferente”.
En la misma línea, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, cuestionó que “la política de mayorías populares no es para sectas, ni se hace con purgas”. “La UCR no es una agrupación universitaria, es un partido nacional. Esta decisión está mal. Le pido a las autoridades del partido que asuman la tarea de conducir, no que sean la voz de una facción”, afirmó.
Manes respondió que “Irresponsabilidad es el transfuguismo político” y amplió que “el problema no es votar en contra del bloque, sino negociar de espaldas a la sociedad y del partido un cambio intempestivo de su voto en contra de un proyecto de ley de la UCR que usted mismo impulsó y que ellos mismos defendieron y votaron unos días antes. Los diputados sancionados entregaron a los jubilados vaya uno a saber por qué beneficio personal”.
