El tremendo ajuste que viene sosteniendo el gobierno de Javier Milei desde el 10 de diciembre tiene sus coletazos en algunas provincias, situación que suma como agravante el no envío de fondos, el desguace de los organismos nacionales y la parálisis de la obra pública. Estos son factores suficientes para entender lo que pasa, por ejemplo, en Posadas, donde los bochornosos salarios que cobran las y los empleados públicos pone a Misiones en un estado de tensión que crece con el correr de las horas.
Policías, docentes y trabajadores de la salud reclaman mejores condiciones laborales y salariales, y lo hacen de manera unida. Esta situación fortalece el accionar de estos sectores que apuntan contra el Frente Renovador de la Concordia, la alianza electoral que gobierna la provincia desde hace más de 20 años y que hoy tiene a Hugo Passalacqua como gobernador.
Un nuevo fracaso en la negociación con los policías hace que la crisis escale y no haya miras de solución en lo inmediato. A eso se le suma la ausencia del Estado Nacional, que sólo ha dicho presente con el desembarco de gendarmes y prefectos. La propuesta del Gobierno a la Policía fue calificada de “irrisoria”. Es que el ofrecimiento fue de un 20 por ciento, cuando el sector reclama un 100 por ciento.
“El Gobierno no ha dimensionado el asunto. Nos ofrecieron un 20% de aumento, es una vergüenza. De acá no nos vamos a ir y la cosa se pone feo”, expresó tras las negociaciones Ramón Amarilla, el portavoz de los uniformados, quien deslizó que si no hay una inmediata solución “habrá un estallido social”.
El fundador del frente que gobierna la provincia desde el 2003 y actualmente legislador nacional, Carlos Rovira, es uno de los aliados a La Libertad Avanza (LLA).
“La hambruna es total”, se escucha con naturalidad entre quienes cortan la ruta. Aseguran que no se puede esperar más, que están dispuestos a quedarse el tiempo que sea necesario en la ruta hasta conseguir lo que se les niega desde hace años y que la fuerza de la unidad es suficiente para enfrentar a las fuerzas federales enviadas por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
“Nos pareció verdaderamente una aberración que las fuerzas nacionales vengan a ejercer violencia en contra del misionero. ¿Cómo van a venir a pegar a nuestra gente? Lo que nosotros estamos haciendo es un reclamo genuino”, dijo Amarilla, quien agregó que no hay que temer y sí estar preparados para continuar esta lucha el tiempo que sea necesario.
La situación con los docentes no es muy distinta. Los distintos sindicatos se expanden por la provincia con cortes, bloqueos y movilizaciones. Aseguran que es imposible llegar a fin de mes y piden respuestas inmediatas para regresar a las aulas. De los seis sindicatos, sólo dos aceptaron la oferta del Ejecutivo. Los restantes cuatro siguen en la pelea.
A casi 24 horas de las frustradas negociaciones, en Misiones todo es incertidumbre. El tiempo pasa, las soluciones siguen ausentes y el malestar escala.