EDICIÓN SEMANAL OPINIÓN

¿A qué vinieron?

Javier Milei conmocionó la vida de los y las argentinas con un vasto decreto, que firmó a pocos días de haber asumido la presidencia. De ahí en más, todas las políticas implementadas, anunciadas o proyectadas -incluida la Ley Bases, que cuenta con media sanción de Diputados- reúnen características similares y, claro, son aguardadas por consecuencias aciagas al final del camino.

Lo cierto es que algunas de las propuestas disruptivas de la campaña, como la dolarización de la economía, fueron esfumándose con lentitud, para dar lugar a medidas que ya fueron aplicadas en varias oportunidades a lo largo de la historia y que siempre tuvieron un mismo fin: favorecer a los grupos concentrados de poder económico en detrimento de los sectores populares y trabajadores.

Y, entonces, se derogaron leyes como las de Alquileres, la de Abastecimiento, la de Góndolas o la que impedía la privatización de empresas públicas, sólo por mencionar algunas. En paralelo, se inició un sistemático desfinanciamiento de áreas vitales como la Educación, la Salud, la Cultura, la Diversidad, los Derechos Humanos, la Ciencia y la Tecnología.

Como si fuera poco, en caso de que la Ley Bases fuera aprobada por el Senado, otra vez se castigaría a los y las trabajadoras, por ejemplo, con una fuerte reforma laboral o la derogación de la moratoria jubilatoria. Otra vez se beneficiaría al poder real con el Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI) o con un gigantesco blanqueo de capitales.

Milei y su controvertido grupo de militantes y aliados llegaron al gobierno con las arengas de terminar con la casta y de implementar políticas innovadoras que mejoren la vida de las personas. Todo, siempre, en nombre de la libertad.

Después de poco más de cinco meses de gestión a la vista, la pregunta es, en verdad, ¿a qué vinieron?

 

Marcelo Medrano, abogado, integrante de APDH Neuquén
Tiene cierta complejidad la pregunta, no todo es tan lineal ni tampoco llegaron al Gobierno con todas las previsiones. Esto denota la enorme dosis de improvisación y contradicción. De lo que no tengo dudas es que vinieron a sostener un régimen económico inviable y al servicio de intereses que no son los del pueblo argentino en su generalidad. Vinieron a destruir la soberanía en términos de independencia y a destruir una forma de vincularse socialmente, la solidaridad y justicia social como reaseguro, que es lo que denominan el cambio cultural”.

Pablo Semán, sociólogo y Doctor en Antropología. Docente e investigador del Conicet y del Instituto de Altos Estudios Sociales (IADES) 

Lo primero que creo es que vinieron a hacer lo que ellos más o menos creyeron que tenían que hacer y debían hacer, que básicamente es atacar la inflación. Lo hacen con los medios que van creyendo necesarios, porque son muy dogmáticos en lo estratégico y algo pragmáticos en lo táctico, entonces Milei no hizo la dolarización inmediatamente ni nada (porque aparte no podía, pero bueno). Centralmente, es intervenir sobre el orden monetario y, básicamente, cortar el chorro, porque era insostenible. En segundo lugar, vinieron a organizar el retiro del Estado de una serie de actividades en las que nosotros pensamos que tiene que intervenir pero está interviniendo mal, entonces esas intervenciones malas avalan o le dan legitimidad a las intervenciones de retiro del Estado que hacen ellos. Y eso lo están organizando de la manera que pueden: a veces privatizando de hecho y, otras veces, volviendo tan problemático el servicio estatal que al final la gente pueda tolerar más la privatización. Vinieron también a hacer negocios. Hay una serie de aventureros detrás de Milei que quieren hacer negocios, que venden esos negocios con la idea de que van a ser beneficiosos para el país, y son negocios muy grandes, algunos de renta inmediata y otros no tanto, porque igual todo negocio incluso de largo plazo está asociado a un negocio financiero inmediato, y eso también vinieron a hacer. Y creo que también vinieron a ejercer unas formas de control social, de movilización o de reorganización disciplinaria de la sociedad que también está avalada por una demanda de la población de orden que está presente tras la demanda de seguridad, por ejemplo. Creo que centralmente vinieron a hacer esas cosas.

 

Ana Cacopardo, periodista y documentalista
Creo que Milei no sólo vino a instaurar un orden neoliberal recargado, creo que expresa un proyecto autoritario que viene a socavar la democracia desde dentro. Hay un desprecio por la institucionalidad y una construcción política odiante donde no hay lugar para el pluralismo de ideas. Entonces, lo primero que me parece importante decir es que proyectos como los de Milei vienen a llevarse puesta la democracia y a fundar un orden profundamente desigual en lo económico, autoritario en lo político y conservador en lo social. Vino a fomentar la capilaridad social del odio, a legitimar las peores formas de la crueldad. Vino a restaurar en la Argentina un régimen colonial de saqueo y primarización de la economía. Vino a gobernar para el capital más concentrado y a decirnos que la precarización es riesgo y libertad. A destruir la cultura, el cine, los medios públicos, las bibliotecas populares. Vino a traficar con la frustración y la legítima esperanza de muchos de sus votantes.

Esteban Rodríguez Alzueta, docente e investigador de la UNQ y la UNLP

Milei no cayó del cielo, es la expresión de muchos procesos contradictorios. Por un lado, es la expresión de los fracasos políticos recurrentes, de una crisis de representación de larga data, de la incapacidad de la dirigencia para agregar los intereses y problemas de las mayorías. Milei es la expresión de la impotencia instituyente del Estado que se fue alejando de la vida de muchas personas. Milei es la expresión de una desconfianza que se confunde con el resentimiento y el odio acumulados, del hastío que genera la política cuando se la reduce a la rosca y la mesa chica, y de una dirigencia que se la pasó eludiendo las discusiones a través de chantajes y la chatarra ideológica. Pero por el otro, Milei es la cristalización de procesos sociales de más larga duración, que fueron permeando la subjetividad y relaciones sociales, nuestras maneras de estar, pensar y sentir en la sociedad. Estoy pensando en el individualismo, el emprendedurismo y el colaboracionismo; la cultura del consumo y el endeudamiento; la indiferencia y el antiperonismo; el declive de lo público y el fetichismo de la identidad; una cultura tomada por el expresionismo pavo y la industria del entretenimiento; el prudencialismo y la victiminzación; la desautorización de la política como instancia colectiva y el indignacionismo. Quiero decir, Milei no vino, lo trajimos. Es cierto que el mercado y algunos grupos de poder hicieron mucho lobby al respecto, al igual que muchos ex funcionarios y dirigentes con sus errores forzados y no forzados. Pero ni la financiarización de la economía; el sistema tributario regresivo; la concentración de la tierra con el agronegocio, la expansión del monocultivo y las fronteras cultivables, con los desplazamientos poblacionales y la alteraciones de los ecosistemas que trajo; la especulación inmobiliaria en la gran ciudad que terminó disparando el precio del metro cuadrado y verticalizando los barrios plebeyos en la ciudad; la expansión de la precarización laboral y los trabajo chatarra; el extractivismo minero; esto es, la acumulación por despojo, no son datos novedosos, un invento de Milei. Milei es el nombre de acciones invisibles que venían calando hondo en la vida cotidiana. Milei, la incorrección que caracteriza a Milei, le puso un megáfono al descontento y las pasiones bajas que estuvieron surcando gran parte del imaginario social en las últimas décadas. Milei vino a completar también una reforma de Estado que había quedado inconclusa, contribuyendo a desorganizar la vida de mucha gente. Pero también vino a hacer lo que en cierta manera ya se venía haciendo, con matices, marchas y contramarchas, no solo los funcionarios sino todos nosotros con nuestras “empresas de vivir”.

Dora Barrancos, educadora, historiadora, socióloga, investigadora y feminista
Milei se ha dado la misión  superior de destruir el Estado y lo público. Ha venido a erradicar cualquier atisbo de justicia distributiva . Está convencido, de modo mesiánico, de que está predestinado para un reconocimiento planetario en su cruzada por extinguir la solidaridad y la equidad.

Marta Maffei, docente jubilada, gremialista, defensora del agua y de los derechos a un ambiente sano 

Argentina es un país fértil, con abundantes fuentes de agua dulce y bienes naturales, inmenso litoral marítimo, dueña de un importante sector antártico y de un paso interoceánico ambicionado por varias potencias. Tiene posibilidades de desarrollo científico, tecnológico e industrial. Junto a Colombia, Brasil, México y otros países latinoamericanos podría despegar de la hegemonía norteamericana, sin caer en otras dependencias. En especial por la relevancia de los acuerdos Sur-Sur, como el BRICS.

Sin embargo, es un país muy colonizado. Hace varias décadas que el capitalismo encontró diversas estrategias de dominación:  militares, políticas, económicas, comunicacionales dirigidas a legitimar/naturalizar el despojo travestido de progreso, empleo y crecimiento. John Perkins, economista norteamericano, relata en “Confesiones de un sicario económico” como se tramó la deuda externa para forzar a los países empobrecidos a entregar sus bienes naturales sin controles, sin resguardos y sin beneficios. Una trama para el saque sostenida, más adelante en los acuerdo bi y multilaterales que obligan a mantener las condiciones de despojo por 20 o 30 años y que el RIGI viene a redoblar para nuevas estafas.

Para eso promovieron a un psicópata títere del poder económico, bufón y teatrero, que refuerza la entrega ya naturalizada por anteriores gestiones políticas, pero avanza también en desaparecer otras funciones y resguardos de un Estado que le tendía redes a la caída libre de nuestra sociedad. Se terminan los planes sociales, se despoja a los jubilados y pensionados, se eliminan medicamentos provistos para enfermedades terminales, se reduce el financiamiento educativo a la menor expresión que tolere la resistencia social, se cierran ministerios y programas, se recortan derechos laborales, en fin, se corre al Estado de toda función social para circunscribirlo al rol de lobista empresarial y financiero.

Para eso vinieron, para avanzar sobre nuestros bienes y nuestros derechos, para convertirnos en una colonia sin atenuantes.

 

Gustavo “Rulo” Lupano, músico, escritor, psicólogo social 
“Vinieron a mostrarnos un páramo arrasado. La normalidad de la sociedad que supimos construir. Una línea interminable de desguace, donde la razón de los mercados pisotea las necesidades urgentes. Una pena de muerte fiscal y un silencio. Vinieron a mostrarnos que se puede ser más miserable aún en pos del sueño de una Miami soleada en plena 9 de Julio que nunca será nuestra.
No hay cuerpo, sólo números del mercado. Una comunicación terapéutica a los gritos que jamás será curación, sólo píldoras digitales que apalabran lo consumible, niegan el dolor… Una luz cegadora hecha de publicaciones, seguidores y seguidos. Una casa alejada del vecindario… sin cura, sin amor, sin coraje. -Sólo ficción felicista y positiva al grito iracundo y tik tokero de viva la libertad carajo.
Vinieron a mostrarnos a los niños bien, rotos y resentidos, a las señoras copetudas que fruncen la nariz frente al pobrerío. A extranjeros acunados, escapados de dictadores parlanchines que vuelven a reivindicar la cháchara defensora de genocidas, vinieron a mostrarnos a adolescentes educados por celular, señores terraplanistas, desclasados, odiadores virtuales que dañan de manera terriblemente real la vida.
Vinieron a mostrarnos que esa miseria que se ríe de lo humano, también era nuestra, y que habíamos dejado de prestarle atención”.

Atilio Borón, sociólogo y politólogo

Milei vino como consecuencia de una serie de desafortunadas circunstancias, entre las cuales hay que mencionar la frustración del Gobierno de Alberto Fernández y del Frente de Todos -no fue el de una sola persona y hay que tener en cuenta la coalición política que lo sustentó y que, tal vez, careció de las fuerzas para obligar al presidente a avanzar en ciertos terrenos- y la aparición de Milei como personaje muy atractivo, que, de alguna manera, despertaba una cierta identificación entre un sector muy importante de la sociedad Argentina, maltrecho, con problemas económicos, problemas de la carestía, la inflación y el desplome de los salarios, de los ingresos reales y de las jubilaciones y pensiones que, de alguna manera, se sintieron más atraídos por alguien que prometía cambiar radicalmente las cosas y hacerlo de una manera muy profunda, rápida y aparentemente muy sencilla -cosa que demostró que no era así- que por un personaje como (Sergio) Massa, que encima era ministro de Economía y no podía lidiar con la inflación. 

Milei vino como cúmulo de todas estas circunstancias y es un personaje que tiene la capacidad y la voluntad de ejercer el poder sin ninguna clase de limitaciones, atropellando cláusulas inconstitucionales, la legislación, los usos y costumbres políticos de este país y es quien está llevando a cabo una política que favorece, evidentemente, a los sectores más concentrados, al capital monopólico de la Argentina que no es capital nacional, porque no podemos decir que (Marcos) Galperin sea capital nacional o una burguesía nacional, lo mismo que Paolo Rocca y todas esas empresas que tienen sus sedes en paraísos fiscales, que no pagan sus impuestos en la Argentina y que todas ellas, junto con los Estados Unidos y los grandes intereses que tienen, intentan producir un retroceso, un desmantelamiento de las políticas sociales que en este país se habían venido imponiendo desde octubre del 45, cuando se produjo la gran irrupción de las masas, el nacimiento del peronismo; todas políticas que fueron avanzando y que, inclusive, en los 12 años del Gobierno del kirchnerismo llegaron a niveles inéditos hasta entonces, reproduciendo aquel famoso fifty fifty en la distribución del ingreso que luego se fue deteriorando con el paso de los años. El Gobierno de Mauricio Macri, primero, y el de Alberto, luego, no lo pudo revertir. Y este personaje, de alguna manera, captó ese estado de humor de la sociedad argentina. 

Creo que el gran mérito de Milei es haber sintonizado perfectamente bien con el estado de ánimo de la sociedad argentina, con su bronca, con sus ganas de cambiar las cosas y, por supuesto, contrastaba claramente con el discurso complaciente, conformista y excesivamente sereno de un candidato como Massa, que no sintonizaba con ese estado de ánimo. Creo que esa es la clave. Y creo que todo esto no va a funcionar. Sería un milagro patológico, pero milagro al fin, de la economía que un país que induce a una recesión, a un desplome de los salarios, a una caída del consumo, al cierre masivo de fábricas y despidos masivos de trabajadores del sector público y privado pueda poner a la economía en funcionamiento. Para mí esto tiene patas cortas y probablemente en el transcurso de las próximas semanas o próximos meses, como máximo, habrá novedades muy fuertes en la Argentina. Misiones, de alguna manera, es un adelantado de un proceso que se va a dar a escala nacional en poco tiempo más. Luego, veremos las consecuencias de lo que pueda ocurrir a partir de esa enorme movilización de gente que va a salir a las calles a querer cambiar un Gobierno lo antes posible, producto que ni siquiera se puede comer.

Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE Nacional
Tenemos que tener en cuenta que no estamos frente a un Gobierno más. No estamos frente a un ajuste cualquiera. Hay un plan para colonizar la Argentina. Uno puede tener cualquier idea política, pero si cambian el cuadro de Evita por el de Menem, si un 24 de Marzo difunden un video reivindicando la teoría de los dos demonios o si el día que tenemos que homenajear a nuestros héroes de Malvinas nos llaman a reconciliarnos con el peor horror que le tocó atravesar a nuestro país, es evidente que nos quieren colonizar, que le encargaron la ejecución de ese plan al presidente y que nosotros tenemos que evitarlo.
Hay una legitimidad de origen que tiene Milei, que es el voto popular para llegar al poder. Pero hay una legitimidad distinta que es la legitimidad en el ejercicio del poder y esa es la que pierde de manera acelerada el presidente. El 25 de mayo llegó a Córdoba sin Ley de Bases y no hubo pacto, lo único que hubo es un devaluado acto. La sociedad empieza a darse cuenta que esa idea de sufrir en el presente para ser feliz en el futuro parece que no tiene mucho fundamento. Esta idea de que me sacrifico ahora porque después voy a tener prosperidad, pierde espacio. Y por lo tanto, Milei pierde apoyo popular.

Fernando Schpoliansky, contador con posgrados en Economía

El programa de Javier Milei es un programa ortodoxo, clásico de la Economía, que tuvo una primera etapa con una fuerte devaluación cambiaria y una corrección abrupta de los precios relativos de la economía. Eso generó, como contracara, una recesión económica que no sabemos qué profundidad tuvo y qué tiempo se va a mantener entre nosotros. Hoy estamos en la caída de ese gráfico de V corta que Milei cada tanto manifiesta, entendiendo que estamos en el vértice más bajo y que luego vamos a empezar a recuperar en la misma magnitud. Tengo mis dudas que eso sea así porque, a mí criterio, no están generadas las condiciones. No hay un plan de estabilización, simplemente lo que hay es un plan de ajuste que no es más que no pagar las obligaciones del Estado. Lo que hubo en estos primeros meses es una reducción del gasto público en todas las áreas, fundamentalmente, en lo que tiene que ver en la obra pública y los fondos compensadores del transporte para el interior o los envíos a las transferencias de las universidades nacionales y no hay señales para invertir o recuperar consumo y demandas a través de generación de mejores condiciones de poder adquisitivos de ingresos vía salarios y jubilaciones. Hubo una motosierra, que es la reducción del gasto público en todas las áreas, y una licuación de los ingresos de argentinos y argentinas, fundamentalmente de salarios y jubilaciones. Respecto de los grupos concentrados de la economía o de los organismos multilaterales de créditos, por supuesto que están felices y contentos con un programa de estas características, porque esa reducción del gasto público permite tener superávit fiscal y financiero y con eso se aseguran el pago de sus acreencias frente a la Argentina. Baja el Riesgo país porque el Gobierno Nacional está dispuesto a hacer cualquier cosa y con tal de asegurarles el pago a los acreedores. No importa de dónde sale la plata mientras la plata esté. Y por supuesto no hay un plan a mediano y largo plazo que permita recuperar la economía, hacerla crecer y distribuir más justa y equitativamente esa renta que se genera a partir del crecimiento de la economía. No hay reformas profundas, no hay una reforma tributaria, simplemente lo que se busca disminuir o licuar el poder de compra de salarios y de jubilaciones y de esa manera intentar que los precios morigeren su aumento. Ni es que bajen los precios de la economía, sino que aumenten en menor velocidad. Eso es lo que estamos viendo. 

Por otra parte, la reactivación económica, en la medida que no haya un plan de gobierno de estas características que permita desarrollar la economía de la Argentina y recuperar el consumo y la demanda a través del incremento de los ingresos va a ser difícil que podamos observarlo. Y, por otro lado, hay que estar atentos a qué es lo que pasa con la salida del CEPO. Es importante que rápidamente aparezca un plan de mediano y largo plazo, que por ahora el Gobierno Nacional no ha exteriorizado, si es que lo tiene, y la verdad es que no sabemos qué es lo que ocurrirá en los próximos meses. Por ahora hemos visto ajuste, motosierra y licuación de los ingresos.

La devaluación cambiaria del inicio de la gestión de Javier Milei aumentó la inflación en forma significativa, hasta el 25%, y lo que estamos observando ahora en el último indicador del mes de abril, del 8,8%, es una disminución de la inflación que el propio Gobierno de Milei generó con la devaluación cambiaria. Hay que tener en cuenta que cuando los procesos recesivos son extensos y muy profundos se empiezan a generar problemas de empleos y eso es lo que estamos viendo en la Argentina, con despidos, suspensiones y parálisis de algunas plantas productoras y fabriles de nuestro país.

Verónica Allaria, neuquina, docente y una de las mamás fundadoras de Nueva Crianza
Desde el momento en que una persona de gestos y acciones totalmente desequilibradas, con un discurso agresivo, violento, misógino, que blandía una motosierra como símbolo de su propuesta para conducir el país, asume el gobierno de nuestra Argentina y es elegido democráticamente por el 56% de lxs votantes…intuímos que, más allá de lo terrible de pensar a esa persona gobernando, la clara elección por parte de la sociedad a esa propuesta era estremecedora.
Creo que las propuestas económicas ya las conocemos y quienes andamos transitando las 5 décadas de vida, las hemos padecido varias veces. Y de todas hemos renacido (vaya un tiro para la esperanza).
Lo más sombrío y duro es comprender que, además de ser parte de una maquinaria destinada a enriquecer a los capitales y empobrecer al resto, hay una batalla peor. Más oscura y trágica. Es la mirada negacionista, censuradora de la auténtica y temida libertad, la batalla contra los derechos humanos. El individualismo, la meritocracia, la destrucción del conocimiento y la cultura, la negación de la otredad es el gran peligro y eso es por lo que vienen. 
Creo que Argentina vive hoy un experimento social impensado e inimaginable. Que el horror no nos paralice, que nos abracemos en nuestros hogares y nos sostengamos en la ternura colectiva. Hasta que vuelva a salir el sol. Hasta que volvamos a parir el sol en nuestro país.

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