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EDICIÓN SEMANAL OPINIÓN

Hay lugares a los que no volveremos

Desde Intempestiva, solicitaron mi opinión, mi reflexión. Y me quedé pensando que, tal vez, la opinión de una madre carezca de valor social…¿Puede haber una opinión más sesgada y subjetiva que la de una mamá que siente que su cría está en peligro? Lo dudo mucho.

Sin embargo, en medio de un clima hostil y cruel, con legitimación de esa crueldad, donde los discursos de odio se reproducen y retroalimentan, la opinión de quien cuida y cría, creo, se vuelve bastión y refugio.

Vivimos una época rara. Rara y distópica. Y apocalíptica. Las redes sociales y los medios de comunicación hegemónicos desvirtúan la realidad y la mentira es la verdad. Y la posverdad desmerece historias, construcciones, cultura, ciencia y vidas. Valores trastocados y vendidos a la regulación del mercado. Así es la propuesta.

Siento que estamos en medio del peor gobierno democrático que este país haya sufrido, donde una persona se convirtió en presidente, votado por la mayoría del electorado, con la promesa de destruir todo…y eso es lo que va intentando. Entre discursos de espanto y crueldad, plagado de agresiones, fantasías y mentiras se toman medidas económicas y políticas que destruyen la calidad de vida de los sectores más desfavorecidos, descuidando niñeces y personas con enfermedades oncológicas, con discapacidad, jubiladas y jubilados…y en un clima hostil para la clase trabajadora, un ministro de Justicia se expresa negando la justicia.

El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, expuso, en un discurso leído, el martes 27 de agosto de 2024 frente a la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados de la Nación, la aplicación de políticas de género por parte del gobierno libertario. En ese marco, comentó que desde el Ejecutivo “rechazan la diversidad de identidades sexuales no alineadas con la biología”. En ese mismo contexto, el ministro lanzó: “Nosotros rechazamos la diversidad de identidades sexuales que no se alinean con la biología. Son inventos subjetivos”.

Estas expresiones fueron inmediatamente repudiadas por varias diputadas y aplaudidas por un grupo de personas invitadas a aplaudir, en el mismo recinto. Esta situación se repitió en la sociedad: mucho repudio, algunos aplausos.

Quienes venimos acompañando niñeces, adolescencias y a sus familias desde hace años, quienes vivimos la ESI como la posibilidad de habitar mundos mejores, quienes criamos en la apuesta constante de escuchar a las infancias y validar sus voces, recibimos estas expresiones con horror e incredulidad.

La batalla cultural desatada por las políticas ejercidas por este gobierno, en medio de la destrucción de los derechos humanos alcanzados, del negacionismo de un genocidio en nuestra tierra y las tremendas medidas económicas que perjudican al pueblo en beneficio de los grandes empresas y ricos, es un plan macabro que tiene a una gran parte de la población viviendo en la pobreza y en la miseria. Así, nuestra amada Argentina.

Mi reflexión ante tal panorama es, mínimamente, desalentadora y triste.

Sin embargo, quienes hemos vivido la etapa más oscura de nuestra historia nacional y hemos presenciado el juicio ejemplar a la Juntas, quienes hemos aprendido de las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, quienes vimos gestarse leyes maravillosas como las de ESI, Matrimonio Igualitario, Salud, Mental, Identidad de Género, quienes hemos gestado y parido organizaciones sociales que abrazan y validan derechos de niñeces, sabemos.

Nosotros y nosotras sabemos que, aunque nos quieran llevar a tiempos lejanos y dolorosos, aunque nos nieguen, aunque pretendan volver a otras épocas…nunca nadie vuelve al mismo lugar de la misma forma. Nos hemos transformado en la legitimación del SER de nuestros hijos e hijas, y no, no vamos a permitir que toquen un solo derecho de nuestras infancias y adolescencias.

Ante la desesperanza, nuestra organización Nueva Crianza, como muchas otras, sigue ofreciendo abrigo y abrazo. Seguimos siendo RED que se vuelve más firme y compacta cuanto más se la ataca.

Cuando quien debe cuidarte se convierte en tu agresor, nuevas redes se configuran en poderosas geometrías de sostén y ternura.

Pienso y reflexiono, somos muchas y muchos viviendo con horror las medidas económicas, culturales y sociales asumidas por el Gobierno actual. Y mientras resistimos en el abrazo, mientras cobramos fuerza en el cuidado y la ternura, comprendemos que se hace necesario decir y hacer.

Porque a pesar de todo, podemos comprender que no somos los mismos. Sabemos lo que hemos aprendido y que hay lugares a los que no volveremos.

Porque para quienes habitamos un Estado que ha sabido escuchar, alojar, cuidar y ampliar derechos, nuestro amparo son las leyes que regulan el accionar de la población que habita este suelo.

Porque opinar, podemos opinar todos y todas. Pero un ministro de Justicia, en su rol, debe velar porque las leyes se cumplan. Que la justicia se amplíe. Que la inequidad desaparezca. Y su opinión sí tiene peso, y debería tener consecuencias.

Y por esa justicia es por la que levantamos la voz, opinamos, reflexionamos. Y exigimos.

Somos y estamos, y las leyes de este maravilloso país lo avalan.

Y podrán muchas cosas, pero contra el SER y la vida de nuestros hijos e hijas NO. Y, por si no lo saben, es de necios desafiar la fuerza y el valor de una madre ante el inminente ataque a su cría.

Como nos enseñaron. Como aprendimos. Eso nunca.

NUNCA MÁS.

  • Verónica Allaria – Docente neuquina – Mamá fundadora de Nueva Crianza, Organización Social que nuclea familias de niñeces y adolescencias diversas.

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